#NoSomos20

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Por: Francisco Jesús Pérez Medina.

No poco se ha escrito sobre el último desliz del doctor López-Gattell, subsecretario de Salud y responsable de atender la pandemia por el gobierno federal. No es para menos. Tuvo un encuentro en un programa “Chamucotv” en el canal 22 con comentaristas que, además, son de oficio moneros afines al régimen naciente de la cuatroté. En este programa y sin pregunta de por medio, acusó de “golpistas” a los padres de familias de niños con cáncer.

La reproducción del programa lleva más de 1´000,000 de reproducciones, en las que es el interés de los ciudadanos conocer de primera fuente si no fue una exageración de los medios o que tergiversaron las palabras lo que se viralizó por las redes sociales como un hecho inédito.

Al no ser posible transmitir por este medio el video, cito las palabras emitidas por el todavía subsecretario de estado: “…esta idea de los niños con cáncer que no tienen medicamentos cada vez lo vemos más posicionado como parte de una campaña, más allá del país, de los grupos de derecha internacionales que están buscando crear esta ola de simpatía en la ciudadanía mexicana, ya con una visión casi golpista” [25- 05-21 ChamuvoTv, Canal 22] .

El rechazo a las palabras emitidas por el funcionario federal, han alcanzado un nivel todavía en incremento con asombro por el contenido de las mismas y por la nula sensibilidad hacia quienes infortunadamente han padecido no solo una enfermedad que no deseaban, sino la falta de palabra y compromiso del mismo presidente que, públicamente, ha establecido fechas en diversas ocasiones que han caducado sin que sea cumplido el anhelo de tener un tratamiento digno que les permita recuperar la salud y tratar con pertinencia un padecimiento que los gobiernos anteriores otorgaban el tratamiento y que dejó de ser con el actual.

El aparato partidista y oficialista, defendieron las palabras emitidas y el desliz, siendo el propio presidente quien tuvo, en esta ocasión, mayor sensibilidad al contradecir los señalamientos de “golpistas” al siguiente día en las mañaneras, dejando en una vergonzosa posición a quienes defendieron lo indefendible.

No se sabe todavía si el aludido continuará bajo el manto protector del presidente o se le solicitará su renuncia, pero, si decide lo primero, el costo lo deberá asumir como tal.

Días posteriores a la entrevista, la solidaridad de la mayoría de la sociedad ha sido, evidentemente, en contra de la postura del gobierno federal, que deberá rectificar su actuar para no agraviar más a quienes se encuentran en una evidente desventaja sin la posibilidad de atender por sí mismos el padecimiento. Una respuesta contundente, que se viralizó en las redes sociales parece la mejor manera de resolver ese adjetivo “si son golpistas, es muy fácil desactivar este movimiento: entreguen los medicamentos y atiendan a los niños. Así, acaban el delirio de persecución de este gobierno”. Y no, #NoSomos20. Si por defender el derecho a la salud de los niños con cáncer, nos llaman golpistas, cuéntenme en la lista.

Salida

1.- A partir de este día, nuestro estado se pone en semáforo verde. Desconozco el instrumento que se utiliza para esta determinación. Sin embargo, dando seguimiento a las cifras, de las últimas cuatro semanas a esta fecha, se ha incrementado el número de contagios y de fallecimientos. No bajemos la guardia y confiemos en que podamos continuar en este color que favorecería el regreso a la nueva normalidad.

2.- Hoy el gobierno federal realiza un nuevo acto de informe por el triunfo obtenido hace 3 años, cuando arribaron al poder. Pronto cumplirán los tres años ejerciendo gobierno. Deseamos mucho éxito, pues sí les va bien, nos va bien a todos. Sin embargo, celebrar un triunfo de manera repetitiva, no es como se debería gobernar un país. Es como si cualquier equipo de futbol -permítame la comparación- siguiera festejando el triunfo de un partido o campeonato del pasado, sin poder destacar uno del presente.

3.- Esta semana se inauguró una nueva ocurrencia del vocero o del presidente que, anticipamos, no puede tener gran augurio. Los periodistas tienen equivocaciones, cierto. Sin embargo, si esto es así, se puede responder a través de la réplica con argumentos y datos. De no tener evidencia, solo queda aceptar que, el periodismo, sirve para señalar los errores del gobierno y los excesos de los funcionarios. Erigirse como el gran juez de la verdad, no es función de un presidente ni de un vocero. A éstos, la Ley los obliga a transparentar el ejercicio de su función que, está por demás decir, es pública. Así, están también a tiempo evitar juzgar al mensajero y dedicarse a resolver los problemas, que para eso fueron electos y para eso buscaron tanto tiempo acceder al poder.