MONEDA SIN VALOR

0

Por José Díaz Madrigal

Dentro de la rica variedad de música regional mexicana, una de las que está bien posicionada en el gusto popular, es el género norteño. De los grupos pioneros que se formaron con este estilo y, que marcaron preferencia y movimiento por esta moda; fue el de “Los Alegres de Terán” que se iniciaron allá por la década de los cuarenta del siglo pasado, en el Estado de Nuevo León. Se hicieron famosos por interpretar corridos y música romántica de corte rural, como una de sus más conocidas llamada “Moneda sin Valor’ que después la populalizaron otros grupos; pero estos músicos, Los Alegres de Terán, tienen el mérito de haber sido que la grabaron primero.

El nombre de esta canción, es sugerente y da pie para que surjan  algunas ideas  acerca de lo que nos está pasando actualmente, en el ámbito nacional a todos los mexicanos.

Se le veía venir, se le sentía, era palpable su populismo engañador  y chapucero. Llegó a la presidencia de la República, no con la sensatez del que trabaja para construir en los acuerdos, como es el estilo en la democracia, tratando de hacer a un lado las diferencias y, caminar con cierta unidad en proyectos que fueran útiles para el progreso de México; pero no, en vez echar mano a un buen juicio a una madurez de sus decisiones, prefirió la irresponsabilidad y la necedad de una visión miope, unipersonal que afecta a todos por parejo.

López Obrador, casi a cualquier precio quería llegar a la presidencia, lo logró, pero llegó en base a la falsedad y a las falacias, que supo vender a la mayoría de sus votantes. La maquiavélica frase “El fin justifica los medios” que viene en un libro del político italiano del siglo XVI Nicolás Maquiavelo; parece que le viene a copas a López Obrador.

La presidencia la quería como un premio, como un trofeo; sin importar el cúmulo de mentiras – que son los medios que hace alusión Maquiavelo- para llegar, sin ningún escrúpulo ético, a la posición cumbre del sistema político mexicano. Una vez arriba, le quitó el sentido distinguido y respetable a la investidura presidencial; ya no se le aprecia ni se le ve con la dignidad y cortesía, que representa el deber y honor del alto cargo. La degradó a tal punto que en su propia cara le gritan las propias palabras cochinas que él mismo utiliza en público, con frecuencia.

Una de las primeras reglas no escritas que tiene que cumplir un jefe de estado, es sin lugar a dudas, parecer jefe de estado. López Obrador con sus constantes disparates, está fracturando la concordia del pueblo. Más bien es especialista en disturbios y actos vandálicos.

El caso de este presidente de estrechez mental, llevando la dirección del país en reversa, ha salido un estafador hasta para muchos de los que votaron por él; no se deja ayudar por nadie ni por las dos o tres personas de relativo valor en el gabinete. Tiene el semblante de dictador autoritario y, ahora también quiere echar abajo – por que todo le ha salido mal- los índices y parámetros reconocidos a nivel internacional de como se mide el grado de pobreza o de riqueza de un país. Será posible que le esté apostando a una medición del índice de espiritualidad, para que en esto se basen las calificadoras, para medir el riesgo país de una nación y determinar el grado de inversión?

López Obrador ha resultado un presidente fraudulento y falso; pagando las esperanzas del pueblo mexicano, con una moneda sin valor.