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A TRES MESES… 

Por: Noé Guerra Pimentel

Fue al primer minuto del jueves once de febrero de hace tres meses ya cuando el actual Gobernador rindió Protesta ante el Congreso local, para horas después dar a conocer y hacer lo propio con los miembros de su gabinete, el primer círculo. Como primer acto abierto ante el pueblo de Colima por la noche estrenaría su peleada nueva investidura como titular del Poder Ejecutivo frente a miles de colimenses que expectantes se dieron cita en la plaza histórica de la capital del Estado, la de La Libertad, precisamente donde naciera la octava Villa hispánica del nuevo mundo y la tercera del occidente novohispano en el primer tercio del siglo XVI y donde tres siglos más tarde, en 1857, se pusieran las primeras piedras del Estado Libre y Soberano de Colima.

Fue en ese lugar donde José Ignacio Peralta, a lo alto, desde el estrado, viendo de frente a los sempiternos volcanes y teniendo a su derecha la sede, también histórica, del poder político de nuestra Entidad Federativa, el Palacio de Gobierno, ahí en esa explanada donde entre banqueta, andenes del jardín, portales y calles adyacentes, miles de mujeres y hombres se dieron cita para dar la bienvenida y reafirmar su respaldo al nuevo soporte de sus ilusiones y al artífice de la renovación de su esperanza perdida, este joven político que en dos tiempos supo sembrar la esperanza hasta llegar a la conciencia y decisión de la mayoría de colimenses que le dieron su confianza de que se encargara de levantar de la postración social, económica, de seguridad y política en que recibía al Estado de Colima, luego de las últimos sexenios de triste y más que penosa memoria.

El discurso del nuevo Primer Servidor del Estado (así se autodefinió en el mismo cargo Francisco Velasco Curiel), fue más que alentador realista, positivo, directo, comprometido y prometedor, generador de múltiples expectativas; ahí en la boca calle de Reforma con Hidalgo, dijo lo que Colima entero quería escuchar, para ser cinco, seis o siete veces interrumpido por el espontáneo aplauso del respetable que así se reconocía convencido de que el nuevo gobernante sabría hacer las cosas bien tomando las mejores decisiones, mismas que de alguna manera ya se esbozaban con las designaciones de su equipo político en el que como se vio desde el anuncio y dentro de la pluralidad de su integración supo combinar preparación, juventud, mesura, experiencia y capacidad técnica, ahora solo faltan los resultados que legitimen la decisión de su jefe, el titular del Ejecutivo, porque como él bien lo sentenció: quien no funcione, se irá.

Han transcurrido 90 días desde su asunción oficial al cargo con mayor responsabilidad del Estado, a estas alturas el Gobernador y no obstante la conformación del Poder Legislativo y de la mayoría de ayuntamientos de colores diferentes y hasta opuestos al del partido que lo llevó a la máxima magistratura, por un lado ya debe tener completo su equipo de Gobierno, quienes a su vez ya deberán estar esbozando, de acuerdo con la ley, el Plan Estatal de Desarrollo; y, por el otro, él, con su gabinete económico, ya estarán concretando las gestiones ante las instancias correspondientes para ir paulatinamente disminuyendo la crecida violencia criminal, el combate a la corrupción (con el consecuente e inminente castigo a los corruptos), el saneamiento financiero, la estabilización económica, que no estancamiento; la atracción de inversiones de calidad y en cantidad y, con esto el arranque de las anheladas oportunidades de desarrollo ofrecidas a los colimenses que en su mayoría dieron su voto para vivir mejor y seguros en un ambiente de merecida armonía y progreso sostenido…

RECADITO: En el noticiero vespertino de Ángel Guardián 98.9 fm., ayer escuché cómo enredado con su lengua por poco se ahorcaba el “coordinador de mentiras” -con letras chiquitas- de la fracción de la autodenominada “mayoría responsable del PAN” en el Congreso del Estado y “presidente de broma” de la comisión de gobierno interno y acuerdos parlamentarios en el mismo poder –también con letras chiquitas-, pues ya no haya la puerta luego de que no le resultó y probablemente ya se le cayó el madruguete de la ley de transparencia con el que de origen chamaqueó y trataba de encubrir las pasadas y futuras transas de su jefazo, el “nuevo millonario”, que evidentemente lo mueve y si no ¿Para qué lo puso ahí?