2018, LA SUCESIÓN PRESIDENCIAL
Por: Abel González Sánchez
A dos años y medio de la sucesión presidencial ya existe una opinión sobre la fuerza de los partidos rumbo al 2018, con base en las encuestas, entre ellas las de Consulta Mitofsky ubicando la intención del voto en orden de importancia, coloca al PRI con 22.3%; al PAN con 18.6%, muy corta diferencia, al PRD con 8.7% hoy superado por Morena con 12.1%, pero curiosamente no se consultó popularmente si se desea un candidato independiente, al margen de los partidos.
La contienda presidencial del 2018 según esta famosa encuestadora de Roy Campos se perfila como una de las contiendas más cerradas en la historia del país, en donde no hay liderazgos demasiado fuertes o con gran ventaja, como sucedió en el 2006 y el 2012. Hace seis años Enrique Peña Nieto siempre apareció en primer lugar y con una buena ventaja que se mantuvo hasta el inicio de la campaña presidencial, pero luego casi lo emparejó López Obrador, al PRI lo mandaron en tercer lugar con Roberto Madrazo, pero ahora los precandidatos presidenciales no llevan gran ventaja ninguno.
El escenario es complicado para los tres partidos que han ganado o estado a punto de ganar como fue el caso de Manuel López Obrador quien participó con el PRD, ahora el panorama cambió, pues la lucha electoral no será entre tres candidatos, sino entre cinco si Miguel Ángel Mancera se registra con el PRD y si el famoso Bronco logra ser un candidato presidencial independiente.
HISTORIA DE LAS SUCESIONES
En la historia del PRI en sus 86 años de vida, registraron 16 candidatos oficiales a la presidencia, 13 ganaron las elecciones, dos candidatos las perdieron, el primero fue Francisco Labastida Ochoa en el año 2000 con Vicente Fox del PAN y Roberto Madrazo Pintado en el 2006 quien perdió con el panista Felipe Calderón y recordemos otro fue asesinado, Luis Donaldo Colosio Murrieta en 1994, quien fue sustituido por Ernesto Zedillo.
Los candidatos del PRI que han obtenido la más alta votación en la historia en elecciones presidenciales han sido en primer lugar, el general Lázaro Cárdenas del Río que ganó la presidencia con el 98.1% de la votación; le siguen Pascual Ortiz Rubio con el 93.6% y Manuel Ávila Camacho con el 93.3%; José López Portillo con el 91.9 y Luis Echeverría con el 84.6%, después el resto de los candidatos presidenciales hasta la pasada elección han ido disminuyendo el porcentaje de votación priista hasta llegar con Carlos Salinas de Gortari, aunque ganó solo obtuvo el 50.70 por ciento y lo acusó Manuel López Obrador de hacer fraude electoral, Ernesto Zedillo Ponce de León obtuvo el 48.63 por ciento, posteriormente el PRI Perdió en el 2000 y en el 2006, para luego asumir la presidencia Enrique Peña Nieto, pero apenas con el 38.21% y López Obrador 31.59% y Josefina Vázquez Mota del Pan logra el 25.41%. Es decir esta gran caída en las votaciones, son falta de apoyo popular a los gobernantes, pierden legitimación electoral, esto es preocupante para todos los partidos y para la misma sociedad porque son síntomas de inconformidad social, puede decirse que es ya un foco amarillo.
Curiosamente en la historia del tricolor tan solo dos dirigentes del PRI han sido Presidentes de la República, el general Lázaro Cárdenas del Río fue presidente de la República de 1934-1940 y Emilio Portes Gil 1928-1930, porque también Roberto Madrazo quién fue presidente nacional, fue candidato ante un conflicto interno partidista, así la perdió en el 2006, así pues, la historia margina a Manlio Fabio Beltrones por el mismo rechazo popular y opinión de los partidos.
LOS PRESIDENCIABLES
Para el caso del PRI son nueve: Luis Videragay, Aurelio Nuño, Miguel Ángel Osorio Chong, José Calzada, José Antonio Meade, Manlio Fabio Beltrones, Eruviel Ávila y dos mujeres destacadas; Rosario Robles y Claudia Ruiz Massieu, son los presidenciables del tricolor que están anotados en la lista y que se soltó desde los Pinos rumbo al CEN del PRI, tomando como base el exhorto a la estricta disciplina para fortalecerse en dos años mediante el trabajo en sus diferentes áreas, pero para tomar en el CEN del PRI la decisión al final mediante un acuerdo de unidad política, sin embargo se especula que el bueno saldrá del famoso grupo Atlacomulco.
Para el PAN, son cuatro hasta hoy: Ricardo Anaya, quien inclusive acaba de exhortar al PRD para aliarse por la grande, Margarita Zavala, Gustavo Madero y Rafael Moreno Valle, entre otros que aparecerán en los próximos meses diciendo yo también quiero, pero creo que este partido llegará al final dividido y débil al 2018, como le pasó al PRI con la postulación de Roberto Madrazo en el 2006 que por conflictos internos lo mandaron inclusive al tercer lugar. El PAN corre el mismo riesgo desde que borró de la lista Ricardo Anaya a Margarita Zavala esposa de Felipe Calderón quien aparecía para ser diputada federal, así resurgieron fuertes desencuentros entre los grupos, hasta con Gustavo Madero quien también aparecerá en esta lucha presidencial, muchos senadores están dividiéndose, entre ellos Jorge Luis Preciado ex candidato a gobernador de Colima, a quien también le cortaron parte de su equipo en el partido y en el Senado, se replegará con su amigo Gustavo Madero para lograr aparecer en la lista, y muchos otros diputados federales panistas están divididos.
Andrés Manuel López Obrador es el “Gran propietario” del partido político denominado MORENA, tiene arriba del 12.1% por ciento de las preferencias electorales nacionales, por ello es el virtual candidato y quien participará por tercera ocasión, dice la tercera es la vencida. En el PRD, aunque aún no se perfila una candidatura sólida, ya hay dos figuras en la contienda interna: Graco Ramírez gobernador de Morelos y Miguel Ángel Mancera Jefe del Gobierno del D.F.
Otro que participará es Jaime Rodríguez Calderón alias “El Bronco”, Gobernador electo en Nuevo León, uno de los estados con mayor poder económico del país, fue el primer candidato independiente que rompió los esquemas del sistema de partidos, su retórica poco institucional con imagen similar a la de Vicente Fox, fue apoyado por grandes empresarios del norte del país, y podría tenerlos a nivel nacional, será un dolor de cabeza para las estructuras tradicionales del poder en México, por el rechazo popular nacional cada vez mayor de los partidos en las entidades ya que abandonaron la labor y gestión social como antes, pues todos sus dirigentes y lidercillos estatales o municipales argumentan que están muy ocupados y casi nunca tienen tiempo ni para escuchar ni a sus propios militantes menos a los ciudadanos.