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¿ALTERNANCIA O EQUILIBRIO? 

Por: Noé Guerra Pimentel

Han sido apenas ocho días, es decir una semana, que entre dos de los tres aspirantes que más se ven ha ocurrido con un consistente y sucio golpeteo que va desde las calumnias y las injurias altisonantes, hasta las burdas descalificaciones, los socorridos denuestos y las precarias denuncias mediáticas; ya no hablemos de la publicidad en espectaculares y camiones que vimos desde la falaz e ilegal precampaña protagonizada por los del PAN y del PMC; en esta ocasión, más que antes, ha sido violenta, vulgar, mentirosa, chantajista y hueca, pasando por machista, misógina, homofóbica, sectaria y discriminatoria. En fin un verdadero coctel de intrascendencias de esos dos que usted ya identifica y que de suyo no abonan a la civilidad o al espíritu democrático que debiera caracterizarlas. Lo bueno es que con esto ya los conocimos ya de alguna manera podemos ver cómo nos iría con cada uno de llegar al espacio por el que se pelean, el del poder.

Ahora bien ¿Por qué se pelea? ¿Cuál es la cuestión? ¿Lo hemos pensado? Creo que no muchos y no lo suficiente. Veamos, el PAN por primera vez es mayoría en el Estado de Colima gobernando a la mayor cantidad de habitantes en seis de los diez municipios, entre ellos en los cuatro más poblados como son: Colima, Manzanillo, Tecomán y Villa de Álvarez, además de Coquimatlán y Cuauhtémoc, jurisdicciones en las que efectivamente hubo alternancia partidista por lo que de entrada valdría preguntarnos si aparte de los colores y de los individuos ya hubo cambios en las formas de gobernar ¿Cómo las y los vemos? ¿La mayoría qué han hecho, aparte de demostrar sus carencias, de llorar, de quejarse, de tratar de justificarse y de correr gente para meter a sus incondicionales entre parientes, amasias, ahijados y compadres? ¿Qué hay nuevo en estas administraciones del cambio o de la alternancia, como le llaman ahora? ¿Esa es la alternancia a la que aspirábamos como colimenses?

A lo anterior hay que sumar el arbitrario, prepotente, ilegal, irresponsable, oscuro y precario desempeño que la mayoría del PAN y su incondicional del PMC han tenido en el Congreso local, todo público y documentado, oportunidad en la que cobrándose presuntos agravios de manera más que primitiva, rupestre y punitiva han desaprovechado entre escándalos, abusos e imposiciones, la más conocida, pero que solo ha sido lo de encimita y que se vio porque no la pudieron ocultar, fue el despido masivo y a todas luces injustificado de gente acreditada con solvencia moral y prestigio social de las áreas en las que se venían desempeñando con amplio reconocimiento y aval pública, para en sus lugares instalar exactamente a las antítesis de lo que los perfiles exigen, a gente improvisada que ya evidenció no solo su novatez sino su absoluto desconocimiento y plena falta de respeto institucional. ¿Es esa la alternancia que las y los colimenses merecemos?

¿Qué nos conviene más: la “alternancia” que nos ofrece el panista o el equilibrio de poderes que de llegar al poder ejecutivo se obliga a llevar el priista? A ese respecto, este martes, muy oportuno, mi amigo Juan Pablo Ballesteros Silva, compartió en su muro de facebook una siguiente reflexión que, repito, vino como anillo al dedo, pues hace unos días con otros amigos platicaba del tema. Aquí lo que a las 17 horas del martes compartió Juan Pablo: “¿Alternancia o Equilibrio?…Mientras la primera suena a hueco artilugio de campaña, lo que la sociedad requiere son los equilibrios. Frenar de tajo los excesos de grupos de poder cuyas prácticas, alejadas de toda decencia política y carentes de visión e ideológica no tienen empacho en ofender la inteligencia de los ciudadanos al mimetizarse del color que sea con tal de mantener sus privilegios. Espero que los que se empezaron a ir, no pretendan regresar vestidos de otro color. El equilibrio lo representa la gente sana, la gente seria, la gente responsable, la gente de palabra, la gente confiable ya no estamos para aventuras. Que tengan un excelente martes. Saludos a todos.”

Una advertencia clara y contundente, una fundamentada alerta la que nos ofrece el politólogo colimense, misma que considero no debemos desechar, que debemos reflexionarla y actuar en consecuencia si es que de verdad deseamos que Colima avance hacia mejores estadios de convivencia social, desarrollo sustentable y progreso sostenido. No nos equivoquemos para que después no nos lamentemos.