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PARTIDOS ¿PARTIDOS? 

Por: Noé Guerra Pimentel

Sí, así, partidos empiezan este año los principales organismos político-partidistas en el país y en nuestra entidad no es diferente, desarticulados, desacreditados, contradichos y contrahechos, fragmentados al interior, sin fuerza ni presencia, socavados por sus ambiciones, sin liderazgos, distantes de su principal cometido y en su mayoría obrando desde siempre a espaldas a la gente, desde dentro víctimas de sus luchas intestinas y guerras fratricidas, sostenidos solo por sus cada vez más pauperizadas burocracias orgánicas, grupos o familias franquicitarias, a cual más con un discurso que desde hace tiempo, si alguna vez lo fue a mí no me consta, ya ni de lejos corresponde a la realidad ni justifica su existencia, mucho menos lo que en ellos se gasta y menos ahora.

Del PAN que sin haber hechos absolutamente nada, así mismo y con toda su mediocridad y las graves denuncias que prevalecen por corrupción de su cúpula y que encabeza su actual dirigente a quien lo persiguen las sombras de los famosos moches, venta de posiciones y sus exorbitantes e injustificados gastos personales, sin hablar de las evidenciadas cuanto vergonzantes oscuras negociaciones y prebendas obtenidas a cambio del voto en ambas cámaras ya se ve, según pacto secreto del más alto nivel, en la antesala de la Presidencia, mientras que en Colima aun no termina el festín canibalesco entre las dos fuerzas que por sí y pragmáticas como son no representan al original panismo, ni mucho menos a la ideología que en su tiempo abanderara ese instituto y enaltecieran sus más fementidos hitos y que hoy pareciera se devora solo, contaminado por lo más adverso que pueda representar a una sociedad como la nuestra.

El PRI, en tanto, sin brújula y carente de liderazgo, acosado y contradicho por los actos de impune corrupción allá; acá en Colima, en condiciones similares con una dirigencia emergente, sin carácter y que sin presencia no ha logrado despojarse, no sabe cómo hacerlo o no le interesa, de la loza de la pasada derrota que en las urnas le infringió la gente, la mayoría de la sociedad colimense, no los otros partidos, mucho menos por el PAN (que no se engañe el alegre “dirigente” azul, solo hay que ver el abstencionismo para saber quién ganó en junio del 2015), la gente libre y de manera autónoma, incluida mucha de su base militante castigó al PRI y con eso al gobierno de Anguiano, lo hizo por los excesos, contra sus abusos, despojos, desorden y desgobierno, contra el cinismo y la corrupción, contra el voraz saqueo, la desfachatez, la violencia cómplice y por la inestabilidad que desde el poder al dejar de hacer generaron y que continúan asolándonos.

Nueva Alianza, el PT y el llamado verde ahí se la llevan, ahí siguen rotando en torno y flotando sobre quien mejor convenga y les garantice seguir viviendo del erario, mientras que el MC, sin ser diferente a estos y solo vivo por sus eventuales liderazgos, se mueve como el PRD en dos tiempos y por lo menos entre dos corrientes que entre sí con sus dichos se desmienten en sus hechos y viceversa, total que no fraguan ni concretan su presencia frente a un caudillo que a un año y medio, desde ahora con ellos, sin ellos o a pesar de ellos, se ve a sí mismo como el próximo presidente de México, sí, me refiero a Andrés Manuel López Obrador, quien con su MORENA, más los que sobre la marcha se le sumen, al parecer le podrá bastar para lograr su anhelo, en mucho gracias a su persistencia y congruencia, pero principalmente a que los otros, principalmente los tres partidos llamados mayoritarios le han puesto la alfombra y se la siguen adornando en esta carrera de resistencia que desde hace dos décadas lo ha traído hasta aquí, hasta este momento en el que los mexicanos tenemos más que claro que el “peligro para México” no lo era tanto.

A ver si al de Tabasco le alcanza, a ver si llega, a ver si lo dejan llegar, el caso es que si la elección fuera el próximo domingo, no lo dudemos, él, como última esperanza, la ganaba, en esta paradoja de partidos, partidos, desquebrajados que no aprenden, no atienden y se niegan a escuchar a ser consecuentes a cambiar a dejar su zona de confort, solo manteniéndose ahí callados, enmudecidos, pegados a la quincena sin siquiera “hacer que hacen” frente al creciente desasosiego de la gente que no haya qué hacer ni a dónde ir metidos como estamos en esta creciente incertidumbre generada desde varios flancos, tres al menos: corrupción-impunidad, violencia-Inseguridad, incrementos-carestía, que a cual más desestabilizan y han venido complicando el ambiente social enfrentándonos y por tanto, para todos, por si no lo saben, haciéndolo cada vez más peligroso.