LOS OLVIDADOS
Por: JAIME MEDINA
Aunque parezca un tema de una película filmada en 1950 del director y cineasta, Luis Buñuel, Los Olvidados. Lo que sí, es que dentro del desarrollo de la película demuestra una de las situaciones más realistas en nuestros tiempos y que por muchos años ha estado vivo en las calles de las grandes urbes, que son: las personas en situación de calle. Esta problemática, tiene sus orígenes por muchos factores, y uno de ellos son: La pobreza, las adicciones y problemas mentales.
En la actualidad, hemos encontrado una gran variedad de personas deambulando sin destino dentro de las calles de nuestra ciudad, muchos de ellos, perdidos en la locura a causa de padecimientos psicológicos o adictivos; exponiéndose a agresiones físicas y sexuales, y en el peor de los casos, la muerte.
Desafortunadamente, es heterogénea esta problemática, ya que en este estilo de vida se encuentran desde niños hasta ancianos, incluyendo jóvenes y adultos. Cada año, en Colima, se atienden alrededor de 1000 pacientes con enfermedades mentales. Nada más, en UNEMECAPA COLIMA (Unidad de Especialidades Médicas en Centros de Atención Primaria en Adicciones) se atiende al año alrededor de 315 hombres y 244 mujeres; todos ellos con algún problema de adicciones o situación psiquiátrica.
¿Pero qué los lleva a pertenecer al mundo de las calles? La pobreza, la desintegración familiar, problemas de adicciones sin seguimiento familiar y los problemas mentales, son las principales causas de impulsores para que niños jóvenes o adultos pertenezcan a la estadística de las personas sin hogar o indigentes.
En el caso de la pobreza y desintegración familiar, muchas personas quedan a la deriva sin ningún sustento, obteniendo así, el cobijo de los rincones de la ciudad, encontrando hábitos desintegradores como alcoholismo y drogadicción, que desafortunadamente, y por falta de atención, prevalecen durante su vida ocasionando grandes perjudicaciones. En el caso de las personas con problemas psiquiátricos, el panorama es más desalentador, ya que quedan deambulando por los diferentes rumbos de calles y avenidas, encontrando peligros y enfermedades como cualquier persona que tiene ese estilo de vida. Que por cierto, un estudio realizado por la UNAM, hace mención que una de las principales causas de muertes de las personas de calle son los problemas gastrointestinales, deshidratación y problemas infecciosos. Desafortunadamente, estas personas carecen de documentación o beneficios de algún programa que les permita tener una vida más digna o poderse tratarse alguna enfermedad. También la falta de interés de las familias se convierte en un agregado más en su trágica vida, ya que el desinterés hunde mas la esperanza de ser tratados o apoyados dependiendo cual sea el caso, convirtiendo así, que la esperanza de vida se reduzca de 20 o 30 años.
Datos del INEGI, mencionan la presencia de 5 mil 700 personas en todo el país con edades variantes que prevalecen en las calles. Desafortunadamente no ha habido estrategia por parte de las autoridades competentes que ataque esta situación, ni programas que permita un beneficio completo de seguimiento, ayuda o tratamiento que conduzca a una reducción significativa de personas sin hogar. Sabemos muy bien, que la situación de pobreza es alarmante en nuestro país con más de 24 millones de pobres que navegan en la deriva del destino sin poder cubrir sus necesidades básicas, mucho menos de medicamentos o algún otro servicio de salud. Mientras tanto, seguiremos observando aquel grupo de personas deambulantes pertenecientes a una sociedad oculta e invisible que lo único que le queda es caminar por las calles a expensas de la ayuda o rechazo de todos aquellos que formamos el círculo social.
*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.