LA PROGRESIÓN DE CLAUDIA

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TAREA PÚBLICA

Por CARLOS OROZCO GALEANA

Si hay una figura entre nuestros representantes federales que se ha puesto el mono de trabajo desde que comenzó su gestión, esa es la diputada federal morenista Claudia Yáñez Centeno. Ha irrumpido, desde el momento en que fue electa en el primer distrito federal electoral, con fuerza, imaginación y constancia estableciendo y cumpliendo compromisos. Dirán algunos: “es que por eso le pagamos”, y estarán en lo cierto. Se le eligió para que trabajara por nosotros con prestancia y dignidad. Pero otros (as) con su misma condición, no lo hacen y se dedican a medrar “bien y bonito”.

La diputada destaca en un medio político machista y hostil verdaderamente difícil en el que a las mujeres cuesta mucho trabajo abrirse paso. Fulgura sobre todo porque sus demás compañeros de cámaras, de Colima, están ausentes y se la pasan tirados en la hamaca, muy tristemente. Uno que otro (a), se hace fotografiar en redes para demostrar que está trabajando cuando no es lo cierto. Está grillando. Se está promoviendo, fingiendo que hace o se interesa por algo que está lejos de avalar con trabajo permanente y de resultados buenos. Finge míseramente.

La dinámica de Claudia le ha permitido situarse en estos momentos como una figura destacada en el ámbito local. Mis datos, recogidos de su aparición en medios impresos y en redes, muestran los pormenores de su trabajo. Revelan que tiene una agenda muy amplia y, lo más importante, que la despliega con vigor, puntualidad y efectividad. Además, ha destacado por pedir cuentas claras sobre ciertas políticas estatales y exigido justicia por diversos crímenes cometidos en Colima. Trae discurso.

¿Para qué le alcanzará en el 2021? Nadie lo sabe, pero lo que sí se sabe es que tendría que producirse una catástrofe para que no estuviera en una boleta electoral en esa fecha. Su suerte estaría confirmando que los ciudadanos están muy atentos al proceder de sus representantes, que saben cuando alguno de ellos actúa demagógicamente o cuando de verdad hacen por la comunidad.

Claudia se empeñó desde un principio en trabajar por la gente de su distrito. Ella era prácticamente una desconocida hasta antes del 2018, aunque se le ubicaba muy bien entre la clase media como parte de una familia muy reconocida en Colima porque varios de sus componentes, en diversas épocas, asumieron responsabilidades públicas. Su padre, notario incorruptible, ha sido ejemplo en esa familia. Y Claudia lo ha hecho con un buen nivel profesional, sobre todo en temas que tienen que ver no solo con la economía de nuestra región, sino con una visión de país, yendo siempre adelante con propuestas concretas.

Esos progresos políticos de la diputada federal tienen y tendrán una repercusión mayor a medida que se aproxime el tiempo de definiciones. Y habrá seguramente confianza en ella porque ha demostrado que sabe defender sus convicciones y trabajar por los demás.

Colima requiere en los congresos, en las alcaldías y en los mandos político- administrativos, a personas de bien, honestas y trabajadoras, sean hombres o mujeres que sepan escuchar y resolver problemas, leales a su comunidad, con cabeza, corazón y carácter, no a gente acomodaticia y ambiciosa que solo busca beneficiar su patrimonio personal o familiar y que jamás se le ha ocurrido servir a alguien.

Que se entienda bien esto último le digo al sinnúmero de colimenses deseosos de participar en las elecciones siguientes. A los puestos públicos se va a servir, no a servirse. Es un honor ser distinguido con una encomienda pública, no es ocasión de vanagloria ni salvoconducto para abusar o aprovechar la situación y enriquecerse y decir luego que se han recibido herencias cuando a alguien se le esculca.

México está trastornado por malos gobiernos que lo han traicionado. El presidente López Obrador está poniendo en lo personal ejemplo de rectitud, pero no todos los que lo acompañan hacen lo mismo. Habrá tiempo de que, como dijo Angel Verdugo este lunes por la mañana, “ se caiga el arbolito/ donde dormía el pavorreal/ para que duerma en el suelo/ como cualquier animal/, refiriéndose a funcionarios que hoy andan envalentonados en el gobierno central y demandando a los que los critican olvidando que, más pronto que tarde, estarán durmiendo en el suelo como el pavorreal, o a la intemperie.

Olvida ese tipo de funcionario irascibles ante la crítica y de piel tan delgada que los encargos no son eternos, que tarde o temprano se les exigirá cuentas claras, que más vale caminar derechito para no ver fantasmas ( el de la justicia, por ejemplo) de noche.

Claudia Yáñez, pues, se ha constituido en figura descollante por méritos propios. Independientemente de que por su ausencia de Colima durante algunos años ( por cuestiones de desarrollo profesional) haya sectores que no la ubican muy bien, los resultados de su trabajo avalan que se ha tomado muy en serio la representación que los colimenses le asignaron. Y eso no es poca cosa.