La Misoginia y la Misandria

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Hoy en día se han desatado agresiones de forma escrita en diferentes espacios de las redes sociales, podemos presenciar desde el posteo de una foto que exhibe, hasta un texto plagado de insultos, calumnias y frases violentas. Pero estos individuos que son adictos a estar insultando, denostando y humillando a los demás, practican la Misoginia y la Misandria, que en su máxima expresión han ocasionado un estado depresivo agudo entre sus víctimas y en el caso más fuerte, la muerte violenta.

Primero debemos partir de la aclaración de estos términos para que se conozcan sus rasgos y formas de practicarse. Es importante destacar que tanto la misoginia como la misandria generalmente es la expresión de odio al sexo opuesto, sin embargo, también es la expresión de odio hacia personas de su mismo sexo. ¿Qué le parece amable lector, lectora?

La misoginia (del griego μισογυνία; ‘odio a la mujer’) se define como la aversión y también el odio hacia las mujeres o niñas y puede manifestarse de diversas maneras, que incluyen denigración, discriminación y violencia contra la mujer. Se puede decir que existe misoginia en muchas de las mitologías del mundo antiguo, así como en la mayoría de religiones existentes. Además, muchos de los pensadores más influyentes de la filosofía occidental han sido señalados por el movimiento del feminismo moderno como misóginos.

El sociólogo Michael Flood, de la Universidad de Wollongong, define la misoginia como el odio hacia la mujer y señala:

Aunque más común en hombres, la misoginia también es practicada por las mujeres contra otras mujeres o incluso hacia sí mismas. La misoginia funciona como un sistema de ideologías o creencias que han acompañado a las sociedades patriarcales o dominadas por hombres por miles de años y continúa colocando a la mujer en posiciones subalternas con poca posibilidad de poder o de toma de decisiones. […] Aristóteles sostenía que la mujer existe como una deformidad de la naturaleza o como hombres imperfectos […]. Así, las mujeres de occidente han interiorizado su papel como los chivos expiatorios de la sociedad, influenciado en el siglo veintiuno por la objetivación de la mujer en los medios, a través del culturalmente odiado autodesprecio y fijación a la cirugía plástica, la anorexia y la bulimia.

Mientras que la filoginia es el amor a las mujeres la misoginia es considerada de acuerdo a diferentes significados como el odio, aversión o desconfianza a la mujer, pero hay quienes han sido puntuales al ampliar el concepto, añadiendo que son un conjunto de prejuicios arraigados contra mujer.

Pero ahora vamos con su homólogo, me refiero a la Misandria,  del giego μισο- miso- ‘que odia’, de μισεῖν miseîn ‘odiar’, ἀνήρ, ἀνδρός anḗr, andrós ‘varón’ y -ia.) es un término que hace referencia al odio o aversión hacia los varones u hombres​ o la tendencia ideológica o psicológica que consiste en despreciar al varón como sexo y con ello todo lo considerado como masculino.

La misandria puede manifestarse de diferentes maneras, que incluyen denigración, discriminación, y violencia contra el varón​.

Esto generalmente ocurre cuando las mujeres de forma tajante se niegan a reconocer los roles del varón en la vida cotidiana, y además, en niveles de competitividad entre los hombres, aunque en algunos casos, las acciones misándricas son el reflejo de una baja autoestima.

Si nos vamos a los orígenes encontraremos que tanto la misoginia como la misandria, son más antiguas que las conocidas tragedias griegas, situándose en la época del poeta Hesíodo, que data del año 700 antes de la era de Jesucristo.

Por esta razón resulta inaceptable que en pleno siglo XXI, a años luz de las condiciones en que vivían las sociedades en la antigüedad, con leyes de protección para mujeres y hombres, con un respeto a los derechos humanos, se sigan dando estas practicas misóginas o misándrcas, en donde cada vez se sube más de tono el lenguaje que insulta, pero a la vez expone a la burla, al repudio, un lenguaje o acciones que denigran la dignidad humana.

Esperemos que los legisladores locales y federales se tomen en serio estos conceptos y se sancione de manera severa a quien con sus acciones, comentarios, escritos y más, manifieste expresiones de odio contra la mujer y el hombre.

Si queremos retornar a la paz, a la edificación de una nueva sociedad, primero debemos de partir por el respeto a los demás, después por la tolerancia y haciendo uso responsable de los espacios donde se comunican e interactúan miles de personas a través del internet, espacios que definitivamente deben estar regulados, ya que al hacerlo, podemos adelantarnos a que una persona sea víctima de la misoginia o misandria en redes sociales y otras plataformas digitales.