17 años de guerra interna y no se ve para cuando la paz
Por: Ángel Durán
La guerra por la independencia de México del yugo español se gestó de 1810 y concluyó en 1821, solo duró 11 años. La revolución mexicana inició 1910 y duró 7 años, culminó con la promulgación de la Constitución Mexicana del 5 de febrero de 1917 y en ambas revueltas se luchó por la libertad. La guerra contra el crimen organizado que inició el expresidente Felipe Calderón Hinojosa en el mes de diciembre de 2006 y hasta la fecha no concluye, ya ha durado más de 17 años, muchos aseguran “es una guerra perdida” su objetivo ha sido lograr la paz social y no se ve cuando termine.
La lucha por la libertad es una de las búsquedas más importantes de la humanidad, y el pueblo mexicano ha demostrado la fortaleza de su espíritu luchador a través de los siglos.
Ambas luchas dejaron un legado histórico de resistencia que ha servido como inspiración para la lucha contra el narcotráfico, que se inició hace 17 años y aún no ha sido vencida.
La lucha contra el narcotráfico es una revuelta social sin fin, una batalla que aún hoy se da en todo México. Esta lucha implica a todos los sectores de la sociedad, desde las instituciones del Estado hasta la población civil. Por desgracia, a pesar de los esfuerzos realizados para combatir el narcotráfico, los resultados siguen siendo decepcionantes.
A pesar de que la lucha contra este flagelo ha sido constante, los resultados no son los esperados. La violencia, el crimen organizado y la impunidad siguen siendo una realidad para muchas personas. El problema no se puede abordar únicamente desde la perspectiva de la ley, sino que también es necesario abordarlo desde la perspectiva de la prevención y la solución de los problemas sociales que están en la raíz del narcotráfico.
Es por ello que es necesario recordar el legado histórico de resistencia de los mexicanos, y poner todos y todas, los esfuerzos para trabajar juntos para lograr la erradicación del narcotráfico. Un esfuerzo de todos, y es necesario trabajar de forma conjunta para lograr la victoria.
También valdría la pena, reflexionar por qué, 300 años de invasión español en nuestro país, nos bastó solamente 11 años liberarnos de esa nación invasora, hay que recordar, que aunque eran tiempos diferentes, y teníamos una población aproximadamente de 6,000,000 de habitantes, en su gran mayoría teníamos grandes líderes que luchaban por la libertad de los y las mexicanas, además eran épocas donde las discusiones sociales eran los anhelos de libertad, estaban en boga las ideas libertarias de la Ilustración, y los pensamientos de las libertades individuales originadas en el continente europeo, principalmente consensadas en los grandes documentos como: La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, cuyo contenido era la libertad individual, igual el impacto del contenido de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica creada el 17 de septiembre de 1787, ratificada el 21 de junio de 1788 y que entró en vigor el 4 de marzo de 1789.
Poco más de 15 millones de habitantes, había ya en la época de la revolución mexicana de 1910, y aunque murieron según historiadores entre 250,000 a 500,000 habitantes en enfrentamientos y en total más de 1 millón por causas ajenas, pero asociadas a la guerra, tanto en la independencia como de la revolución mexicana. En la guerra contra el narcotráfico en estos 17 años que no se ve para cuando termine y menos cuando conseguiremos la paz. Según el periódico del Washington Post desde el 14 de junio de 2021 ha señalado que van más de 350,000 personas muertas y más de 75,000 desaparecidas en este conflicto, imagínese, ya nos estamos acostumbrando y eso no es digno para una sociedad.
Los tres fenómenos bélicos, si los comparamos, necesitamos hacer una reflexión, por supuesto guardando la proporción de los tiempos, las causas y los fenómenos sociales, que se daban incluso, algo muy importante, el efecto de libertad que se vivía tanto en la época de independencia que era la libertad como anhelo y cómo, el valor más alto que se cultivaba en la sociedad y en la época de la revolución, la sed de justicia y el combate a las desigualdades entre las clases sociales, que fue lo que motivaron que surgieran grandes líderes en defensa de la sociedad.
Pero en la guerra interna que vivimos en México en contra del narcotráfico, existe una serie de condiciones, que hacen que no surjan esos líderes sociales, pues venimos de una estrepitosa caída en el ejercicio de los valores que ha perdido la sociedad y que esto ha impregnado al poder público, donde el individualismo, el egoísmo, la falta de unión entre los pueblos y personas, ha hecho que haya escasez en líderes sociales que busquen el bien común y el bien de sus semejantes; aquellos anhelos de libertad en la época de la Independencia de México y de justicia y combate a las igualdades sociales en la época de la revolución hacía que surgieran semilleros de líderes que querían ayudar a sus semejantes.
A finales del siglo pasado, en nuestro país y en lo que va del siglo XXI, es al revés, los factores de descomposición social han subido a los niveles más altos, incluyendo la apatía social por el dolor ajeno y la aceptación de todo un pueblo en el que, lo primordial, es el beneficio personal y casi nada del interés colectivo, hay indiferencia social a lo que le pasa a otra persona, solo respingamos cuando nos toca.
Tres fenómenos sociales bélicos de los que tenemos que meditar, los dos primeros: independencia y revolución mexicana, trabajados con los intereses más altos de la sociedad en libertad e igualdad y justicia, fueron el aliciente más importante para conseguir en 11 años la libertad y liberar a un país del yugo español y siete años en la revolución mexicana para garantizar justicia social, ahora en esta guerra sin cuartel y sin garantía de conseguir la paz social por lo que se inició, no se ve para cuando termine.
Ojalá hagamos un alto y consolidemos un pacto social de unidad y buscar mecanismos eficaces para terminar con esta guerra, que finalmente, no se sabe ni hay seguridad, de que se vaya conseguir su objetivo y menos, sabemos cuando.
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