LA CANDELARIA

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Por José Díaz Madrigal

Las fiestas de La Virgen de La Candelaria en nuestra religión Católica, es una de las múltiples advocaciones de La Virgen Maria. Se celebra 40 días después de Navidad. A este precepto también se le conoce como; la Presentación del Niño Jesús al el Templo, La Purificación de Maria, La fiesta de La Luz o La fiesta de las Candelas. Todas éstas denominaciones llevan consigo la misma significación.

La festividad recuerda el pasaje Bíblico cuando José y Maria presentan al Niño Dios en el Templo de Jerusalén, además de la purificación de La Virgen después del parto, en sintonía con el cumplimiento de la ley del Antiguo Testamento.

Según la tradición Judía, los niños cuando cumplían 40 días de nacidos, debían de ser presentados en el Templo para que la madre se purificara. El pueblo Judío creía que cuando una mujer daba a luz, al derramar sangre quedaban impuras, entonces tenían que permanecer 40 días, una cuarentena, purificandose sin poder acudir al Templo. Cuando se cumplía el tiempo, se presentaba con dos pichones; uno se sacrificaba, según ellos para purificar el pecado de derramamiento de sangre en el parto, al otro pichón se le untaba un poco de sangre y se le dejaba volar libre. Con este ritual, la madre quedaba totalmente purificada de su pecado.

Cuando José y Maria se presentaron en el Templo, se encontraba en ese lugar el anciano Simeon; reconoció al Niño Jesús como el mesías. Le dice a Maria las siguientes palabras: Éste Niño viene a ser la luz del mundo. Con esto se entiende que Cristo viene a iluminarnos con su palabra y que es luz de las naciones.

Basados en los textos de La Sagrada Escritura, la gente suele tomar la imagen del Niño Jesús del nacimiento particular o también el Niño de las dinámicas navideñas; con ropón nuevo, 40 días después de Navidad lo llevan a un Templo en el que esté planeando éstas actividades, para recibir la bendición. Como El Niño es la luz de las naciones, algunas personas llevan una vela o candela, de donde deriva la palabra candelaria. Así de este modo se representa a La Virgen de La Candelaria, con El Niño Jesús en brazos, una vela como signo de luz y algunas imágenes trae también dos pichones.

Los tecomences tienen una imagen de La Virgen de La Candelaria, que de acuerdo con el historiador y sacerdote el Padre Roberto Urzúa Orozco, fue traída por los españoles muy al principio de la época colonial. Su primer destino fue un Templo de la desaparecida Caxitlán, ésta población se encontraba cerca de la actual planta de Apasco. Al ir despoblandoce gradualmente ese lugar, comenzando la centuria de 1800 la trasladan a Tecomán, que en aquel tiempo era un pequeño pueblo habitado principalmente por indígenas.

En 1876 nace la tradición anual de sacar la imagen de La Virgen en procesión, en andas, precisamente el mero día 2 de Febrero por la tarde. 50 años después en 1926, debido a la persecución religiosa, desatada por el mayor matón de mexicanos del siglo pasado Plutarco E Calles. Se cerraron iglesias y con eso se interrumpió la tradición de sacar la venerada imagen. Sin embargo los desfiles de carros alegóricos continuaron, pero ahora en representación de La Virgen, se subía al carro a una bella joven de Tecomán.

Fue un periodo de 15 años que duró la prohibición de sacar en andas a La Virgen. 1941 es el año en que se volvió a retomar la antigua tradición de llevar en andas a La Virgen por las calles y, desde entonces no se ha dejado de hacer la procesión. El recorrido en andas, es presenciado por miles de personas de Tecomán y de otras partes.

En una restauración que se hizo a la imagen de La Virgen, se encontró grabado en el ojo izquierdo lo siguiente: M 1486, entendiendo que fue hecha en Madrid España en el año citado.

En Enero del año pasado, vándalos destructores, derribaron la escultura de La Virgen de la ermita de la carretera. Relativamente rápido se colocó una imagen nueva en el mismo lugar. Luciendo otra vez, como protectora de los caminantes de esa autopista.

El Viernes 2 de Febrero, miles de Católicos de Tecomán y de otras partes, se dieron cita en las calles y avenidas tecomences para venerar a tan querida imagen de La Virgen de La Candelaria. Demostrando con este acto de fe; respeto, reverencia y agradecimiento.