LA AUTOPSIA

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Por: André Marín

Los árbitros tomaron una decisión valiente al negarse a pitar este fin de semana, en la Jornada 10 del Torneo Clausura 2017 de la Liga MX. Ya veremos cuánto tiempo dura esta valiente decisión, porque siempre que alguien se levanta en armas en el futbol mexicano es amenazado y pisoteado, pero de entrada, aplaudo que los silbantes hayan tomado el toro por los cuernos, porque no es posible que los traten de la manera en que normalmente los tratan los federativos y la gente que maneja nuestro futbol.

Las reflexiones son muy sencillas: Pablo Aguilar se tuvo que haber ido un año castigado por su agresión al silbante Fernando Hernández, en Tijuana, pero sonaron los teléfonos rojos y la sanción se suavizó. Así operan en las oficinas de la Federación Mexicana de Futbol.

Lo que pasa es que si Decio de María hubiera metido un año de castigo al jugador del Club América, habría sido despedido de su puesto en la Liga MX.

Es ridículo y patético que De María hable de “la familia del futbol” cuando las cosas en el torneo están tan mal organizadas, con un calendario hecho un relajo, con la violencia que ha habido en los estadios y con las agresiones a los hombres de negro.

Habrá que ver qué es lo que hace la Federación Mexicana de Futbol, si pone castigos más serios, si negocia con los árbitros nacionales o recurre a los silbantes extranjeros para que piten en la Liga MX.

Todo lo que ha ocurrido me lleva a la siguiente reflexión. Si Decio de María habla de “la familia del futbol”, supongo que esa familia vive en una casa que se llama Federación Mexicana de Futbol y que en esa casa los árbitros viven como unos arrimados. Es un hecho que la Femexfut tiene a su cacique.

El futbol mexicano se está cayendo a pedazos. Su credibilidad se pone en juego en cada jornada y sus directivos salen con soluciones sacadas de la manga.

No me extraña, y a nadie le debería extrañar lo que está pasando. De hecho, ya se había tardado un organismo en poner contra las cuerdas a los directivos de la Federación Mexicana de Futbol, razón por la cual aplaudo la decisión de los árbitros.

Me solidarizo con todos, absolutamente con todos los silbantes de nuestra Liga MX y reitero que el castigo de Pablo Aguilar era de un año. Si lo hubieran hecho, la Liga MX no habría parado este fin de semana.

A Decio, Bonilla y compañía se les está cayendo el teatro.

                                                                 Twitter: @andremarinpuig

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