Por José Díaz Madrigal
Hace unos días, haciendo trabajo de investigación acerca del tema “La Candelaria” el artículo del Domingo pasado para ColimaNoticias, casualmente me topé con el dato que en el año de 1941, cuando se volvió a sacar allá en Tecomán a La Virgen de La Candelaria en andas; después de haber tenido prohibición gubernamental por 15 años. Quienes apoyaron económicamente para que se retomara de nuevo, la antigua tradición de venerar a La Virgen en procesión por las calles tecomences, fue la familia Brun de Colima.
El patriarca de ésta familia de origen francés, llegó a nuestro Estado en el último tercio del siglo antepasado. Como muchos otros emigrantes europeos y norteamericanos que se asentaron aquí en Colima durante aquel siglo, llegaron con las manos en el bolsillo, financieramente empobrecidos; pero con hambre de triunfar en tierra nueva y generosa.
En general éstos personajes foráneos eran hombres de trabajo; con preparación, cultura y olfato agudo para el comercio. Según un cronista que vivió en aquella época, los apellidos extranjeros relevantes por ser exitosos en labores que desempeñaban eran: Vogel, Flor, Schat, Faist, Kulman, Struck, Gartman, Barney, Schmidt, Levy, Oldemburg, Huarte, Morrill, Gamiochipi, Schulte y Brun entre otros. De todos esos apellidos, sólo unos cuantos siguen vigentes en nuestro medio actual, los demás se esfumaron o se diluyeron con el correr del tiempo.
De éstos pocos apellidos que aún se escuchan y que pertenecen a la oleada migratoria decimonónica que arribó a Colima, los Brun se han distinguido por seguir activos y prósperos en el comercio. Escrupulosamente fieles al legado que les dejó el fundador de esa dinastía. Con la particularidad que la nueva generación ha sabido transformarse, con innovación para adecuarse a las necesidades del mundo actual.
Comercialmente hablando, uno de los cambios que conlleva la modernidad y que han hecho con fortuna, es la creación de las tiendas de conveniencia Kiosko. La primera de éstas tiendas, curiosamente nació en Manzanillo y no en la ciudad de Colima como es de suponer. Ésta tienda pionera, se instaló allá por el rumbo de Santiago, en un pequeño local que tomaron rentado anexo a una gasolinera ubicada poco antes de la playa de Miramar, en el 2003. Un año después en el 2004, por la Avenida Felipe Sevilla del Río se estableció el primer Kiosko en la ciudad de Colima.
Desde aquel entonces, éstas tiendas de capital netamente colimote, no han dejado de crecer. En 2007 se abrió la primer tienda fuera del Estado, en Ciudad Guzmán. En 2010 ya se contaba con 131 unidades, en 2014 ya tenían presencia en Sinaloa. Hoy en día existen 750 tiendas y no paran con el programa de expansión, con el firme propósito de alcanzar 2000 tiendas una vez termine esta década, abarcando más Estados del país.
En lo que corresponde al Estado de Colima, Kiosko es la tienda de conveniencia más numerosa. Comparativamente a nivel nacional, se encuentra bien posicionada de acuerdo al número de tiendas; compitiendo con marcas que tienen años en el mercado mexicano, tales como Oxxo, 7-eleven, Círculo K, Extra, Gomart, Neto, 3B y últimamente Upper del Canelo Álvarez de reciente creación.
Otro aspecto importante de Kiosko, es la cantidad de chamba directa e indirecta que genera. Situándose en alrededor de 5000 personas sumando ambos tipos, directos e indirectos los que se benefician con una fuente de empleo decente. Convirtiéndose de este modo, en el mayor jugador privado de origen claramente colimote, el que está creando tal cantidad de puestos de trabajo.
Pocas entidades federativas, tienen la distinción de poseer éste tipo de empresas, que nacieron justo como lo comenta un viejo colaborador de la compañía: Los Kioskos se hicieron con esfuerzo, tenacidad y determinación. . . Eso es el fundamento del éxito en la vida.