INDIRA: UN GRITO EN EL CIELO (Nuestra Colima no debe ser burlada)

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana.

Las últimas semanas numerosos actores políticos y económicos se han lamentado de la suerte que acompaña a Colima en este final de sexenio, que contrariamente a lo dispuesto por la conseja popular, no está para olvidar por los daños causados a  infinidad de trabajadores,  proveedores, familias, empresas, instituciones  y organizaciones diversas que algo han tenido que ver con este gobierno paladín del desorden..

En esa narrativa de insatisfacciones, ha parado la mano la gobernadora electa Indira Vizcaíno que, cada día que pasa, se asombra más  de los problemas que va encontrando y que habrá de resolver porque fue electa para eso por los ciudadanos. Sus clamores están justificados,  pero serán valorados en  tiempo corto; se sabe que los gobernantes se postulan  para resolver problemas sin mirar tanto al pasado; se sabe también que a lo largo de sus actividades ya oficiales acumulan información y experiencia que los capacita para tomar las decisiones más convenientes.

Escrito eso, Indira Vizcaíno ha puesto el grito en el cielo por el desastre gubernamental que observa y declarado que cada colimense que nace debe 15 mil pesos que serán cubiertos a lo largo de las generaciones siguientes, si es que se podrá.

Y no solo eso, se ha quejado  que pese a tener claves para acceder a los distintos sistemas, rubros, conceptos y áreas del gobierno estatal, sigue habiendo opacidad y ocultamiento de información. Es obvio que esas conductas de los servidores públicos que a eso se prestan por instrucciones superiores, deben ser sancionados conforme a la ley para que eso sirva de escarmiento a quienes prefieren obedecer a los de arriba, a los que pagan,  que a su propia conciencia.

Indira refirió, con documentos en mano, la dinámica crediticia que prevaleció durante el gobierno de IPS y afirmó que “se encontraron excedentes  por más de mil millones de pesos”. En efecto, la deuda estatal creció rápidamente por los intereses bancarios, misma que arrasó con cualquier posibilidad de recuperar equilibrios presupuestales.  Agregó  Indira el caso del C5, cuya construcción es motivo de averiguación por la ASF y  la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, por haber elementos que pudieran configurar delitos porque triplicó costos. Y lo que pasa en todos los gobiernos, se le apareció a los sabuesos de Indira: datos sobre la contratación de asesorías  hasta por 100 millones de pesos!, cuando  el Congreso solo le autorizó,  en el 2018, un millón 800 mil pesos.  ¿Asesorías para los cuates?

De esos análisis previos se desprende que tales cuentas son las del gran capitán, las de aquel Gonzalo Fernández de Córdova que entregó balances adulterados al rey Fernando el Católico, quien sospechó fundadamente que el gran capitán se había guardado para su beneficio grandes sumas de dinero. (Esto lo sabe mejor mi amigo Abelardo Ahumada). Ahí les va esta referencia sobre el vivillo de Gonzalo :

«Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados; por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados», contestó supuestamente el Gran Capitán ofendido por el rey. Desde entonces la expresión «las cuentas del Gran Capitán» y la respuesta dada por el general se utilizan para calificar de exagerada a una relación de gastos, o incluso a un listado de cualquier tipo, para ridiculizar una relación poco pormenorizada o para negar una explicación pedida por algo a la que no se tiene derecho.

Algo más o menos parecido a esas cuentas, guardando las proporciones que el caso amerita, es lo que ha encontrado hasta el momento Indira Vizcaíno en las auditorías, ante lo cual surge la pregunta: ¿ Hasta dónde llegará en sus esfuerzos y anhelos por responder a los colimenses que desean, que le demandan y le demandará todos los días durante mucho tiempo, hacer la justicia dado que en México todo se arregla, se “plancha” con los de arriba? Yo opino que nadie debe burlarse de “Nuestra Colima” y de los colimenses. 

Por otra parte, las últimas semanas he escuchado críticas muy fuertes hacia el gobernador IPS tanto en periódicos como en radio y redes sociales. Por lo que se dice tan crudamente de él,  saco la conclusión de que  medio mundo está rabioso   y por supuesto muy incómodo por la crisis económica, política y moral en que su   gobierno  sumió a todos. Por ello, se espera que las instituciones encargadas de la vigilancia y control de los recursos,  hagan un trabajo exhaustivo, actúen con eficacia y recuperen lo que se haya sustraído de la hacienda pública. No debe haber pretextos ni subterfugios para incumplir con la exigencia de los ciudadanos de comenzar una nueva etapa con certidumbre de que las cosas irán mejor. Los diputados locales, no están de aparador, deben hacer su trabajo con honestidad, guiándose por su conciencia. Además, se les paga y bien.

El trabajo principal es recuperar la  armonía y la confianza en las instituciones, previamente tendrá que ofrecerse a los colimenses  cuentas claras, que se  les diga cuáles son los orígenes de la crisis, por qué faltó dinero para cumplir compromisos básicos o si fue desviado y hacia quienes; las auditorías tendrán que reflejar la realidad de los pasos errados en la administración del estado, fijar responsabilidades y actuar con rigor. ¡  Que nadie se vaya con todo y hebra!

 Cualquier cosa que ocurra distinto a eso, solo alimentará sospechas, perplejidad, y sobre todo se esfumará la  esperanza y al final, como ha sido en toda nuestra historia, nada habría cambiado en términos de transparencia y rectitud del poder.

Pienso que Indira se echará a los colimenses a la bolsa si procura la justicia y da pasos firmes en su consecución. No debe permitir que “Nuestra Colima”, reitero, sea burlada por una gobernación fraudulenta e indigna que nos falló y nos ofendió a todos. Veremos y diremos.