IMPERIO DEL MAL

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Por José Díaz Madrigal

De los últimos once presidentes norteamericanos, sin duda Ronald Reagan ha sido el mejor de todos ellos. Mejor en distintos aspectos, tanto en los asuntos internos de los Estados Unidos, como también en su firme postura por defender la democracia y la libertad en el ámbito de las relaciones internacionales. Muy querido por la comunidad mexicana del otro lado de la frontera, porque fue el único presidente que decretó una amnistía general en cuestión migratoria, beneficiando a cientos de miles de paisanos en aquel país.Fue el primer ejecutivo que llegó a la presidencia con casi 70 años de edad, le faltaban unos días para cumplirlos. Por la década de los años cincuenta, secundó al senador Mc Arthy en contener a estadounidenses relevantes que simpatizaban o de algún modo ayudaban a la expansión del comunismo que promovía la Rusia de aquel entonces, insertada en lo que era La Unión Soviética.En la década siguiente por los años sesenta, fue gobernador del estado más rico de La Unión Americana, California, el cual al asumir el cargo tenía un enorme déficit fiscal. Puso en orden las finanzas y al terminar su periodo, dejó a ese próspero estado con superávit y una pulcra administración caminando sobre ruedas.Su disciplina como buen gobernante, negociador persuasivo, aunado a su inquebrantable firmeza en contra del comunismo y los desastrosos gobiernos de izquierda en el mundo, le dió el impulso necesario entre el electorado gringo, para contender por La Casa Blanca.Llegó a la presidencia derrotando al ingenuo y pazguato Carter, al que algunos malignos líderes internacionales le tenían tomada la medida. Reagan empezó enderezando el rumbo de la política exterior, acotando al ruso Brézhnev, presidente de La Unión Soviética, en cuyo mandato la influencia de su país había crecido en muchos rincones del planeta, difuminando el virus del comunismo manifestado en múltiples formas: invasión rusa en Afganistán, fomentando el terrorismo, apoyando a dictadores criminales y opresores de sus pueblos y propiciando movimientos de guerrilla en diferentes países.Reagan no perdió oportunidad para combatir a Brézhnev, a sus herederos y a sus aliados. Después de la muerte del líder ruso, le siguió en el puesto el macabro director de la KGB Yuri Andropov -maestro de Putin- . Andropov había sido un brutal y despiadado supresor de disidentes y también represor de atisbos de libertad en países de Europa Oriental, fue el cerebro que planeó la invasión afgana; además en algunos noticieros que informaban del atentado contra el Papa Juan Pablo II en Roma, le achacaban que detrás del criminal que jaló el gatillo, estaba la sombra de Andropov.Todos estos antecedentes fueron el motivo para que el presidente Reagan acuñara la frase que se hizo famosa: Los rusos -Unión Soviética- representan en la tierra al IMPERIO DEL MAL. La expresión prendió y agarró fuerza, a la vez que sirvió como telón de fondo puesto que pocos años más tarde, desaparecería La Unión Soviética y sus satélites.En México tenemos a un defensor del IMPERIO DEL MAL: López Obrador. Durante el desfile del 16 de Septiembre, tuvo la desfachatez de invitar para que participaran en el evento, a un comando de soldados rusos, que ahora son sucesores del IMPERIO DEL MAL.Incongruencia con su discurso oficial es invitar a un invasor a un verdugo gandalla que aprovecha el tamaño de su fuerza militar, para atropellar, robar y matar a civiles de un país más débil. . . Ucrania. Incongruencia porque lo que festejamos los mexicanos, es la libertad e independencia y, con esa invitación se da a entender que estamos avalando el crimen que están cometiendo los rusos.Los rusos en franca rapiña territorial de Ucrania, están robando y matando a su gente. ¿Cómo se atreve el presidente mexicano a invitar a éstos malhechores? ¿Acaso será porque López Obrador está de acuerdo con la invasión rusa a Ucrania, apoyando sin tapujos al nuevo jefe del IMPERIO DEL MAL?