Estancia Infantil Universitaria y mi sobrina María Inés

0

PARACAÍDAS

Por: Rogelio Guedea

Hace unos días la Estancia Infantil Universitaria cumplió, ni más ni menos, que 33 años y la presidenta del Voluntariado de nuestra máxima casa de estudios, la activa y siempre afable Blanca Liliana Díaz Vázquez, decidió celebrarlos hasta con Mariachi porque esta estancia cumple una función fundamental para los trabajadores universitarios. La propia Blanca Liliana reconoció que “ésta es una estancia infantil de excelencia y un orgullo para quienes tenemos la responsabilidad del cuidado de los hijos de las y los universitarios”. Y en realidad así lo es: una estancia infantil de excelencia, lo que he podido corroborar en mis conversaciones con mi hermano y cuñada cuando me cuentan cómo le va a mi adorada sobrina María Inés como integrante de esta estancia infantil. El programa que se desarrolla para los niños que utilizan este servicio es de primera calidad y está diseñado para completar su desarrollo en cada una de las etapas de su propia evolución. En el caso de mi sobrina María Inés, de apenas cuatro mesesitos, su actividad va desde la estimulación temprana, el juego educativo y guiado, los hábitos del sueño, el canto, su debida alimentación y, además, la vigilancia en todo momento de su comportamiento. Las medidas de higiene y la atención del personal especializado es de primera y los protocolos que se siguen son muy precisos y cuidan mucho que los niveles de excelencia no se pierdan en ningún momento porque se trata de los hijos e hijas de los y las trabajadoras de nuestra institución. Esto, sin duda, da certidumbre y tranquilidad a los padres de familia cuyos hijos gozan de este servicio. Yo no tuve la oportunidad de tener a mis hijos en esta instancia, pero mi hermano y cuñada están tan contentos de cómo mi sobrina María Inés se ha ido rápidamente adaptando a su convivencia en la estancia que no me habrían faltado ganas de experimentarlo. Me gusta la idea de que sea la propia institución educativa la que haya, desde 1991, decidido ofrecer este servicio esencial para los trabajadores universitarios y que esto sea parte integral de una misión que no deja fuera a ningún miembro de la comunidad. Al final lo que se busca es que esta gran familia que es la Universidad de Colima se sienta protegida y respaldada y, de esta manera, puedan todos cumplir de la mejor manera su función dentro de la institución. Aquellos universitarios que no hayan considerado o que no sepan de esta estancia infantil, bien harían en considerarla para la formación de sus hijos, pues brinda, como ya lo dijo la presidenta del Voluntariado universitario, un servicio de excelencia. 

 

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.