Escaparate Político (Segunda de dos partes)

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Por: Amador Contreras Torres.

GRUPO POR LA PAZ. El gobernador Ignacio Peralta presidió la instalación del grupo de Coordinación estatal para la construcción de la paz y aseveró que seguirán trabajando sin descanso por la seguridad de Colima, con reuniones diarias, con la participación del gobierno federal y los mandos militares y policiacos. La reunión se celebró en las instalaciones de la XX Zona Militar y afirmó que el Gobierno del Estado refrenda su disposición a conjuntar esfuerzos por el bien de sus habitantes, con la presencia de Indira Vizcaíno, representante del gobierno federal, el secretario general de gobierno Arnoldo Ochoa González, así como los altos mandos militares, navales. Se analizaron los operativos realizados y el gobernador aseveró que el combate a la corrupción y la impunidad seguirá siendo un tema prioritario de su administración. PORFIRIO MUÑOZ LEDO. Es un hombre de poder, brillante, inteligente, lo ha sido todo, secretario de estado, senador, diputado federal, embajador sólo le faltó ser Presidente de la Republica. En 1976 pudo haber llegado, pero el entonces Presidente Luis Echeverría se decidió finalmente por López Portillo, lo que fue un error, ya que el país se fue encaminando a la derecha. López Portillo les abrió las puertas a la tecnocracia que terminó dando la espalda a los anhelos populares y al bienestar de la sociedad en aras de “la disciplina en el gasto público”. A los despidos de la burocracia les llamó “el redimensionamiento del sector público” y así por el estilo. En su libro “La Herencia: Arqueología de la sucesión presidencial”, Jorge Castañeda relata que en 1981, el presidente López Portillo le consulta a Porfirio a quien poner como candidato presidencial en una baraja dónde estaban los nombres de Jorge de la Vega, Miguel de la Madrid y Javier García Paniagua. Al escuchar esto, Porfirio, le contestó: El mejor candidato está frente a usted; yo señor presidente”. A lo que el mandatario, repuso, “la verdad es que no lo había pensado” tratando de ser amable con Porfirio. Años después, Porfirio fue el arquitecto del desafío opositor al sistema político en 1988 con la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas y lo que se vino “la caída del sistema” y el ascenso de Salinas en medio de acusaciones de fraude electoral. Fue Porfirio el que le presentó a López Obrador a Cárdenas. Ni Cárdenas ni Porfirio llegaron a la presidencia, lo que sí logró AMLO, ahora 30 años después. Con esos antecedentes, fue un gran honor y un gran reconocimiento a Porfirio, que fuera él quien recibiera la banda presidencial y se la entregara a López Obrador. Un gran honor y a la vez un gran sufrimiento interno, al no poderse poner él mismo, el no haber podido llegar a ser presidente de la república el sueño legítimo de muchos niños y de muchos políticos. CENTRALISMO. No es casual que María Amparo Casar, dijera que el discurso inaugural de AMLO y su otro discurso en el Zócalo, reflejan un discurso voluntarista “el país de un solo hombre”. O sea, es el dueño de la verdad absoluta, él quiere controlar todo: el ingreso y el gasto y la inversión, sin contrapesos. Es muy preocupante que en ningún momento de su discurso habló del federalismo o de mayor equidad entre el gasto del gobierno federal y el gasto de los estados y municipios, lo que se conoce como participaciones federales. Nunca se refirió a los gobernadores del país. Se ve que le estorba el Congreso y el poder judicial, quiere que el poder ejecutivo no tenga contrapesos constitucionales y ahí está el germen de la dictadura, una ruta que el país ya transitó a un alto costo en vidas y sangre en el siglo XIX, con las dictaduras militares de Antonio López de Santa Ana y de Porfirio Díaz. Sólo a balazos el pueblo pudo echarlos fuera del poder. Ese es el riesgo en los hombres de poder que se sienten iluminados y providenciales; hechos a mano y poseedores de la verdad única. Lo estoy diciendo a tiempo y la verdad, que quisiera estar equivocado y que le vaya bien a AMLO, por qué eso sí: estoy convencido de que es la hora de la unidad. Estuvimos en contra de frente y con valor, dimos la cara. Aquí lo escribimos que era un riesgo para el país, pero una vez que ha ganado hay que respetar la voluntad popular expresada en las urnas y hay que apoyarlo, para que haga un buen gobierno y le ponga un freno inmediato a la violencia y la inseguridad, así como la desigualdad que lastra el presente y el futuro del país y que ha sido un freno para el pleno desarrollo del país y para la legítima movilidad social del pueblo de México.