PUNTO SOCIOLÓGICO
Por: J. Daniel Miranda Medrano
Estamos en tiempos de convulsiones ya electorales, donde los que aspiran a suceder a Ignacio Peralta empiezan a promocionarse de distintas formas y a saltarse la normatividad vigente, además de darse entre ellos de rodillazos y zancadillas. En este tenor, se ha comentado ya en distintos espacios, que si hoy fueran las elecciones de gobernador habría alternancia de partido en el poder, independientemente de quien fuera la o el candidato del partido que tiene las preferencias hacia el 2021.
La inercia de las elecciones de 2018 sigue en pie debido a la alta popularidad que mantiene Morena, gracias a la imagen pública y mayoritaria de su fundador, el tabasqueño López Obrador. Por ello llama la atención una encuesta de una no tan conocida como otras, encuestadora “Massive Caller”, que arroja resultados aparentemente contradictorios con respecto a las intenciones del voto para las próximas elecciones de gobernador, en cuanto a los partidos y los posibles candidatos.
De acuerdo a los resultados de un sondeo que realizó la encuestadora el 25 de octubre y que publican posteriormente, Morena sigue manteniendo una intención del voto del 40%, en tanto que el PRI tiene 16%; el PAN 9%, mientras que el 22.7% de los encuestados aún no decide por quién votar.
Hasta aquí todo va bien, pues estas cifras coinciden con otras mediciones realizadas anteriormente, pero, y aquí viene el “pero”, resulta que por personas y no por organizaciones políticas, Leoncio Morán tiene una preferencia del 67.4 % con un no creíble avance de 31.4% con respecto al mes de septiembre. Indira Vizcaíno se encuentra en segundo lugar con el 47% con un crecimiento de apenas el 3% con respecto a septiembre. El sondeo señalado dice que Virgilio Mendoza, en septiembre obtuvo una intención del 25% y octubre ascendió 5 puntos para tener el 30% de la intención del voto; por otro lado, Jorge Luis Preciado tiene el 28% de las preferencias.
Como todas encuestas, la que le da el primer lugar a Leoncio tiene una limitación consistente en que se realizó mediante llamada telefónica, pero sobre todo respecto al origen de la firma. De acuerdo con la revista “Proceso” la empresa es propiedad de un ex panista y apoyó la campaña de Ricardo Anaya en los pasados comicios.
Massive Caller efectuó un primer contrato con Anaya de 160 mil pesos, pero se registraron otros tres por el mismo monto para un total de cuatro millones 640 mil pesos. Esta empresa también recibió varias críticas al vender a quien pagara, una suscripción mensual para tener acceso a todas sus encuestas nacionales y estatales, incluida una diaria de pasada la elección presidencial.
En este contexto, el supuesto avance del alcalde capitalino de 30 puntos en un mes, al grado de superar a la señorita Altozano es poco creíble. Dicen en el argot político que las encuestas benefician a quien las paga, además de que la expansión de éstas, poco serias o pagadas, ha sido una constante en México, lo que merma su credibilidad, salvo algunas de reconocido prestigio.
Los resultados de Massive Caller son creíbles con respecto al partido que tiene la mayoría de las preferencias, pero mueve a “sospechosismo” en cuanto a la persona que cuenta con la mayor intención del voto; es decir, por los “resultados” que dan ventaja a Morán y por las conexiones políticas de la encuestadora.
Twitter: @jdanie17