EL PAN DE CADA DÍA

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AL DESNUDO

Por: Édgar Rodríguez H.

El ataque armado del que fue víctima la alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martínez Martínez el pasado viernes fueron la panacea para para dar pie a varios comentario de toda índole, desde los moderados hasta los más presuntuosos, pero lo más importante es que volvieron a recordarle a la población de Colima el clima de inseguridad que prevalece en el estado, en cualquier lugar y a cualquier hora del día.

Todos los días, la nota policíaca no falta, es el pan de cada día, sobre todo la que tiene que ver con los homicidios dolosos preferentemente en los municipios de Colima Tecomán o Manzanillo dónde habita el mayor número de población. Incluso, la entidad aparece, debido a su tamaño y número de habitantes, como una de las más violentas al registrar cifras alarmantes de asesinatos.

Al tomar posesión como gobernador del estado, José Ignacio Peralta Sánchez tenía la firme idea de poder controlar la inseguridad. Sin embargo, ha sido todo lo contrario, la constante pugna entre bandas delincuenciales por el control de la plaza, específicamente entre el cártel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación, generó un incremento alarmante de ajustes de cuentas que ha dejado muchos muertos, tantos que parece increíble como en los últimos años la sociedad poco a poco se ha acostumbrado, y lo que antes un hecho aislado, ahora es familiar, lo cual resulta preocupante.

A Colima se le ha mencionado como como el más violento por el número de homicidios dolosos partiendo de un esquema o metodología de los 100 mil habitantes, lo cual podría parecer injusto si se considera que no se vive como en Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Guanajuato, entre otros estados que a diario suman un gran número de muertos, pero por su número de población sólo alcanzan a rasguñar el primer lugar en violencia.

Las medidas tomadas por el gobierno estatal para reducir las cifras de crímenes, y que tienen que ver con abatir el consumo de drogas, no han tenido, hasta el momento, un impacto positivo, sobre todo en los municipios costeros como Tecomán y Manzanillo, este último gobernado por Griselda Martínez Martínez, víctima de un atentado la noche del viernes 26 de julio, del cual salió ilesa milagrosamente, pero no así uno de sus escolta y una mujer que resultaron con heridas de bala luego de que presuntamente sicarios a bordo de motocicletas dispararon al vehículo en que se transportaba, según su cuenta, en 27 ocasiones para tratar de matarla.

Sobre los hechos, la alcaldesa emitió a la prensa su versión y sus presunciones de quienes pudieron ser los responsables del ataque, muy ajena y diferente a las que deben estar basadas en investigaciones policiales. Acusa, incluso, algunos medios de comunicación de ser copartícipes de lo acontecido en su contra. “Es decepcionante como algunos seudomedios, informantes y adversarios políticos modifican la información con el fin de crear un ambiente político enrarecido que promueva el odio y justifique la violencia contra la presidenta”. Comentario, que si se analiza, genera lo que ella misma critica.

Cuando lo cierto es que lo acontecido, debe quedar plenamente en manos de la Fiscalía del Estado para que, con investigaciones sólidas y bien fundamentadas, rinda un informe de quien o quienes son los presuntos responsables materiales e intelectuales del atentado contra Griselda Martínez, quien por cierto, deberá tomar muy enserio el sumarse a los esfuerzos que llevan a cabo el gobierno federal, estatal y algunos municipios –porque hay algunos que se resisten-, para combatir a la delincuencia.

Se dice que…

*El Cnel. Retirado José Gabriel Barreda presentó su renuncia al cargo que venía ostentando como titular del área de Seguridad Pública, aduciendo cuestiones personales, pero lo cierto es que hay quien dice no encontró la fórmula para combatir la delincuencia, en su lugar el alcalde de Colima Leoncio Morán Sánchez propuso al doctor Alejandro González como de la Policía Municipal, quien tiene un gran reto por delante.

*Un elemento, determinante para que tenga éxito cualquier estrategia de seguridad, es la participación ciudadana, es decir, debe existir una participación integral, conjunta con el gobierno y la fuerza pública para alcanzar resultados positivos.