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México.- Cuando su hija de siete años jugaba a las muñecas con Barbie y Ken, la fotógrafa Dina Goldstein se planteó varias preguntas. ¿Es Ken un marido ejemplar o es infeliz en su matrimonio con Barbie?
Luego, la artista canadiense comenzó a fantasear sobre la verdadera relación de esta pareja icónica del mundo del juguete. Nació así su serie In the doll house (En la casa de muñecas), fotografías que destruyen el matrimonio ideal que presumiblemente deberían tener Ken y Barbie.
‘In the doll house retrata la aparentemente vida perfecta de Barbie y Ken. Ken busca su verdadera orientación sexual, mientras convive con su compañera en un matrimonio sin amor’, explica Goldstein.
En esta serie fotográfica, descubrimos a Ken leyendo una revista femenina, secándose el pelo o calzado con unos zapatos femeninos rosas de tacón de aguja. Son fotos que destruyen completamente su masculinidad.
El trabajo de Goldstein siempre está vinculado a esta ruptura de los iconos infantiles. Una de sus anteriores Fallen Princesses(Princesas caídas) recreaba el final no tan feliz de vidas de cuento como Blancanieves, Cenicienta o La Bella Durmiente en lo que habría podido ser su edad adulta, no tan idílica ya. Un guiño a quienes no creyeron nunca en las vidas de cuento de hadas.
En esta ocasión, la fotógrafa recrea la convivencia de dos de los iconos más famosos del mundo del juguete, Barbie y Ken. Así, en In the doll house, Goldstein ha querido plasmar en estas fotografías el cambio de rol entre hombres y mujeres en las familias contemporáneas.
‘En el pasado, los hombres eran el sostén de la familia y las mujeres las amas de casa. Hoy en día, podemos encontrar a un marido empujando un cochecito de bebé y a su esposa como única persona que mantienen la economía familiar’, explica la fotógrafa.
Goldstein también sostiene el inmovilismo que Barbie, como juguete icónico, ha mantenido durante décadas. La muñeca rubia es un modelo infantil a seguir, pese a que ha recibido múltiples críticas por su antifeminismo.
‘A pesar de las críticas, es la muñeca más poderosa del mundo. Su pareja es un hombre extravagante, que a lo largo de los años se ha transformado en lo que hoy llamaríamos un ‘metro sexual’. Sus diseñadores lo han feminizado a propósito, hasta el punto que ha perdido su identidad.’, añade.
Por este motivo, Goldstein recrea su propia visión de la convivencia entre Ken y Barbie. La artista sitúa en las cuatro paredes de una casa de muñecas a ambos personajes para retratar sus miedos, deseos secretos y una convivencia marital que no es tan idílica como sus creadores nos inculcaron.
Con información de La información