Duc in Altum

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“Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra”.

Jn 4, 34

Querido Elpidio:

Ya hemos hablado de tu sed por ver triunfar la dignidad humana y, hemos hablado también de las virtudes que son necesarias adquirir para que esto sea posible. Hemos hablado del fin mas no de los medios, habíamos dicho que es sumamente importante poseer esas tres virtudes para que todo lo que te dispusieras hacer fuera desde el amor y no corriera el riesgo de degradarse o marchitarse sino que gracias a estas virtudes perdurará por siempre si las tienes como punto de partida. Pues bien, me urge hablarte ahora Elpidio de los alimentos de cada una de esas virtudes, del cómo puedes hacer para fortalecer y ejercitar cada una de las virtudes que te dije.

En efecto, cada una de esas virtudes se alimenta algo particular, por ejemplo, la Fe se alimenta de la Palabra de Dios, la Esperanza se alimenta de la obediencia y la caridad se alimenta de la Caridad, pero no te preocupes mi joven amigo, al igual que he hecho hasta ahora, iré explicándote poco a poco cada una de las maneras de alimentar esas virtudes. Lo haré sólo porque quiero verte Duc in altum, remar e ir cada vez más a lo profundo, me llena de gozo el ver cuánto te entusiasma buscar la verdad, estar dispuesto a ir cada vez más lejos. Por ahora solo me queda volverte a decir Duc in Altum y sigue confiando en que nuestro buen Padre Dios nos conducirá por el camino de la verdad plena, nos hará capaces de conocerle y comprender cada vez mejor la realidad si estamos con nuestra inteligencia despierta.

 

           

*Prenovicio O. P. La Habana, Cuba.

Convento San Juan de Letrán # 258, calle 19 e/J e I, Vedado, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba.