DOMINGO DE RAMOS

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Por José Díaz Madrigal

De los monarcas del antiguo Israel, es sin duda David el más querido y más afamado de todos los reyes que tuvieron. Él fortaleció y consolidó la monarquía iniciada por Saúl. Fue David también, el más fiel a Dios en comparación al esplendoroso rey Salomón.

David fue quien conquistó Jerusalén que estaba en manos de los jebuseos, hecho ocurrido alrededor de mil años antes de nuestro Señor Jesucristo y, desde aquel entonces hasta la fecha, se le llama ciudad Santa o ciudad de David.

Con el Domingo de Ramos que hoy se festeja, se inicia la Semana Santa. Con éste acontecimiento recordamos la entrada triunfal de Jesús a la ciudad de David, Jerusalén. De acuerdo a la Historia Sagrada, Jesús entra a la ciudad Santa montado en un burro. La llegada de Jesús el Mesías a Jerusalén, es prácticamente para terminar la misión a la que el Padre lo a enviado.

Existía la costumbre que tanto a los reyes como a los sacerdotes, que tenían el carácter de consagrados, se les afirmara en su puesto colocándoles óleo Santo. La unción con el aceite Bendito, también significaba la purificación o perdón de los pecados. La ceremonia de untamiento, era tan importante para el rey o el alto sacerdote, que por ese motivo le llamaban el ungido. En hebreo la palabra correspondiente era “mashiah” que deriva al español en “Mesías”

Gran parte de los paisanos de nuestro Señor Jesús, pensaban que el mesías que habría de venir, sería un poderoso rey montado en soberbio y lustroso caballo y, que los libraría de la opresión romana que ocupaban su país. De ese modo creían los judíos, que el mesías debería hacer su entrada en la capital, Jerusalén.

El Papa de gratos recuerdos Benedicto XVI, hace una reflexión acerca de la cabalgadura del mesías. Cuando Jesús les dice a sus discípulos que traigan el burro, sin preguntar al dueño sí lo presta, es porque en esos tiempos y en aquellos lugares del Medio Oriente, los reyes tenían derecho a que se les proporcionaran un medio en que moverse; y era derecho también, ofrecer al rey un animal sobre el que nadie había montado.

En este caso el burro tiene el significado de un animal de trabajo, aguantador, manso y de paz; en oposición al caballo, que es el animal que usan los guerreros y los soldados invasores.

Cuando llevaron al borrico delante de Jesús, los discípulos colocaron sus mantos sobre el lomo del animal, luego lo montó. Explica Benedicto XVI, echar los mantos significa realeza, es decir no lo montó a pelo. Lo que hacen los discípulos es, pues, entronizar al nuevo Rey (con “R” mayúscula) descendiente del rey David.

Los peregrinos judíos que venían de muchas partes, presentes por esos días en Jerusalén, se contagiaron del entusiasmo y alegría de los discípulos y también con sus mantos alfombraron el camino por donde pasaba Jesús, cortaron RAMAS DE ÁRBOLES y gritaban ¡Hosanna! . En su origen Hosanna era una oración de súplica y significaba ¡Ayúdanos! Después se convirtió en una frase de júbilo, con la dulce esperanza puesta en la llegada del Mesías.

Al entrar montado en un burrito, Jesús realiza las profecías referidas al Rey Pacífico de la casa de Judá. . . No vendrá sobre caballo, animal de guerra, sino manso y pacífico. Por eso trae alegría a la ciudad. Jerusalén la ciudad que el rey David conquistó hace más de tres mil años.

Vayamos pues, juntos; alegres y felices este Domingo de Ramos, al encuentro del nuevo Rey de paz, humilde y servidor. . . FELIZ DOMINGO DE RAMOS.