La Panga
Por: Mayahuel Hurtado Ortiz
Ayer se celebró el Día Mundial sobre la Concientización de Tsunamis y no se realizó ningún simulacro en el municipio de Manzanillo, ni tampoco en Armería, ni en Tecomán, es decir amable lector, lectora, los habitantes de la zona costera viven diariamente con el riesgo de que un Tsunami pueda formarse y arrasar en unos minutos todo lo que encuentra a su paso.
Desde este espacio he insistido acerca de la urgente necesidad de que las autoridades municipales tomen con seriedad este asunto, ya que los tsunamis son fenómenos poco frecuentes, pero altamente letales, haciendo un recorrido por la historia encontramos que en los últimos 100 años, 58 tsunamis se han cobrado más de 260 mil vidas, un promedio de 4 mil 600 pérdidas humanas por desastre, superando cualquier otro riesgo natural. El mayor número de muertes se concentró en el tsunami del Océano Índico ocurrido en diciembre de 2004, evento que causó la muerte de unas 227 mil personas en 14 países; los más afectados fueron Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia.
Semanas posteriores a esta tragedia lograron que la comunidad internacional se reuniera en Kobe, en la región de Hyogo de Japón, donde los gobiernos aprobaron el Marco de Acción de Hyogo Disponible en inglés para 2005-2015, el primer acuerdo mundial de gran alcance sobre la reducción del riesgo de desastres. Crearon, además, el sistema de alerta y mitigación de los efectos de los tsunamis en el Océano Índico Disponible en inglés, que cuenta con decenas de estaciones de vigilancia sismológica y del nivel del mar y difunde las alertas a los centros nacionales de información de sunamis.
Esto generó la concientización a nivel mundial y que por consiguiente que todos los países que se encuentran en zonas marítimas hicieran el compromiso de contar con sistemas de detección de tsunamis, capacitar a la población para saber ¿Qué hacer? ¿Cuáles son los puntos de reunión seguros en caso de realizarse una evacuación? Entre muchas tras interrogantes que hay que decirlo, aun son un pendiente por atender en muchos países, que ven el tema con apatía.
Y es que lo peor que puede suceder es que se tenga la idea de que esto solo ocurre al otro lado del mundo y que los países del occidente están exentos a vivir una tragedia como la ocurrida en el océano Indico.
Factores como el crecimiento urbano acelerado y el aumento del turismo en las regiones propensas a los tsunamis expone a más personas al peligro, este es el objetivo primordial del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, adoptado en marzo de 2015 y relevo del Marco de Acción de Hyogo; generando que en diciembre de 2015, la Asamblea General designara el 5 de noviembre como Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis, idea que hay que decirlo nace en Japón.
Aterrizando el tema a México una nación que tiene el Golfo de México por un lado y el Océano Pacífico por el otro, debió generar en los legisladores federales y locales para que con pleno conocimiento del riesgo inminente a que nuestro país sufra un desastre como este, realizaran acciones y campañas publicitarias en donde invitaran a la población a saber que deben hacer en caso de que un Tsunami azote alguna zona costera; pero no, lamentablemente están más preocupados en otros temas que en atender un riesgo que si algún día llega a pasar, no tendríamos ni la tecnología para detectarlo, ni los recursos para implementar un sistema de monitoreo constante, ya ni que decir para capacitar a la población, pero bueno, creo que es mejor seguir dando becas al por mayor que invertir en tecnología que en caso de un desastre puede salvar miles de vidas.
Ayer se tiene registro de que en Puerto Vallarta Jalisco se realizó un simulacro de Tsunami en coordinación con los tres niveles de gobierno, una actividad que hay que decirlo la encabezó Protección Civil y contó con todas las facilidades para realizarse.
Ojalá que en los municipios costeros como Manzanillo, Armería y Tecomán, que son gobernados por primera vez por partidos de oposición, puedan dejar de lado las diferencias políticas y ponerse a trabajar en serio en un tema tan importante que puede darse en cualquier momento y que si en naciones que cuentan con el equipamiento necesario para detectar y evacuar ha cobrado miles de vidas humanas, no me quiero imaginar lo que pasaría en México, ya siendo más específica en la zona costera de Colima.