CULTURALIA

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LOS TRES PUNTOS…

Por Noé GUERRA

Aclarando que no soy Masón, desde que me percaté de ellos siempre llamaron mi atención, particularmente porque los veía en firmas de puro varón y de la gente de alguna forma más preparada, con cierta formación académica. Siempre me intrigó. La duda era si de por medio habría un sustento o era solo moda de un elemento de identidad y, en todo caso, a qué se refería. Soy novato en esto y lo reflexiono escribiéndolo. Lo digo porque seguramente habrá quien sepa más del tema. Debo apuntar también que mi fuente ha sido la red virtual y que de diferentes espacios de la misma he retomado lo que he considerado más objetivo e ilustrador sobre el tema, de suyo tan característico de la Masonería mundial como su expresión mediante triadas o ternas, forma que increíblemente y aunque de pronto no se crea, está presente en nuestra vida cotidiana.

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Ya entrando en materia, se considera que escogiendo ese símbolo, junto con la Escuadra y el Compás como distintivos de la orden, los primeros masones dieron prueba de sabiduría y del conocimiento del valor –oculto- de sus significados. Los tres puntos sintetizan la Unidad, la Dualidad y la Trinidad, esto es, el misterio del origen. Tres puntos que están armónicamente juntos como Unidad en Oriente, como Dualidad en Occidente y como Trinidad en las tres Luces de la Logia, en las Luces Mayores y en las tres Luces Menores del Altar, en las herramientas que son necesaria para comprender esas verdades que nos indican todos los símbolos y emblemas que ornamentan los inmuebles de las logias.

“Los tres puntos constituyen el más simple y perfecto emblema del ternario, es decir, todo el ser, idea o fuerza simbolizados por tres: Tres es Dios: vida, verbo, luz. Esto es lo que expresa la palabra trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El Padre es la vida y representa el poder, la fuerza, la expansión. El Hijo es el verbo, la palabra creadora, la forma de lo que existe. El Espíritu es la luz, no la sustancia, el ser representado por el Padre, ni la inteligencia, representada por el Hijo, sino es la propia sustancia, la propia inteligencia y la luz producida por el Poder Infinito y por la Inteligencia Infinita en acción, es por lo tanto infinita también. El tres es el equilibrio entre la vida, el verbo y la luz.”

Pero particularmente ¿Qué significa cada punto en el espacio? El punto superior, que está hacia lo alto, representa el Primer Principio de lo Absoluto, de lo Único, es el Gran Arquitecto en el cual existe originalmente todo. Es la Suprema Realidad invisible que produce todos los seres. En él están resumidos el pasado, el presente y el futuro. Los dos puntos inferiores son la Dualidad, los mismos dos principios representados por las dos columnas situadas en la entrada del Templo y de cuya reunión resultan los fenómenos Universales. Cada uno de ellos es un aspecto diverso del punto superior, de la unidad primera y originaria, que es siempre indivisible aunque se muestre en esa doble manifestación. El punto superior corresponde al Oriente y los dos inferiores al Occidente, pero los tres forman uno sólo.

Uniendo esos tres puntos tendremos un triángulo equilátero, símbolo del equilibrio y de la verdad resultado del conocimiento de la vida, del verbo y de la luz. Los tres puntos son también para el masón el símbolo de lo justo, de lo bello, de lo verdadero, emblemáticamente representados por las tres luces del candelabro que está sobre el trono del Venerable Maestro. Puntos que representan también tres cualidades indispensables: sabiduría, voluntad e inteligencia. Si fuera solo voluntad, sería un bruto lleno de energía pero sin amor, sin inteligencia, pues la sabiduría implica amor y conocimiento. Si fuera solo inteligencia, sería egoísta, un inútil que solamente cuidaría de sus intereses, despreciando lo que no satisface a su orgullo. Pero si fuera solo sabiduría o amor, sería también estéril porque sus grandes aspiraciones no serían puestas en acción por la voluntad ni controladas por la inteligencia y la razón.

El Ternario también representa el nacimiento, la vida y la muerte. Simboliza la infancia, la juventud y la vejez, tres fases de la vida humana en la que se tienen diferentes obligaciones y para las cuales se debe estar preparado. Simbólicamente el Maestro expiró a las tres de la tarde, después de 33 años de vida. Tres son los enemigos que procuran devorar al verdadero masón: la profanidad, la superstición y la carnalidad. La primera escarneciendo los misterios de la Orden, la segunda invirtiendo el sentido de los símbolos y, la última, volviendo al hombre semejante a los animales e incapacitándolo para los pensamientos elevados y nobles. El Maestro sufrió tres caídas en su marcha al Calvario, a fin de mostrar que aun el más perfecto, no resistiría el peso de su cruz si no cuenta con auxilio y ayuda de hermanos. Eso prueba la necesidad de la más completa unión para que poder servir los unos a los otros.

Los tres puntos recuerdan que el ser se forma de elementos animales, vegetales y minerales y que para el equilibrio de nuestra naturaleza no debemos olvidar que ante el mineral y el animal hay un intermedio, el vegetal, que debe predominar en la alimentación y en la vida, para gozar de salud y de equilibrio mental. Recuerdan las tres razas fundamentales de la humanidad: la blanca, la negra y la amarilla que, sin importar su conformación o aspecto diferente, expresan la unidad fundamental del ser humano, proveniente del mismo principio Creador, resultado del mismo poder del Universo. Tres que también recuerdan que uno de los discípulos del Maestro, Pedro, lo negó tres veces; así se tendrá la certeza de que por grande que sea ésta no podrá nunca se debe confiar totalmente en la naturaleza humana, sujeta a siempre debilidades. Tres logias formaron en los tiempos modernos la primera Gran Logia, y dieron origen a todo el mundo masónico actual. Tres son las velas, tres los golpes que se le dan a la puerta, tres los principios que impulsan las logias: Libertad, Igualdad y Fraternidad, tres las veces que presionan la mano entre sí los masones para identificarse.

Ahora bien, solo quedaría preguntar si quienes usan los tres puntos aparte de conocer los significados también los honran, pues más que un signo de identidad interna, por lo visto debe ser un emblema tatuado más que en la piel en la conciencia para aceptar al otro, pues entre ellos comparten y practican los mismos principios así las concepciones sean divergentes. Estamparlos en la firma, se convierte en un sello que implica principios, integralidad e integridad humana y de capacidad de ponerse en el lugar del otro y son garantía de que quien los usa, si bien conoce la individualidad, convive en la dualidad y vive para la humanidad como tercer elemento de ese triángulo perfecto que se forma de su unión.