Cruzazulear en política

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Por: Francisco Pérez Medina

No es burlarse de la gran afición que tiene el Cruz Azul, quienes dan muestra de su fe inquebrantable ni de su lealtad al equipo. La palabra ya no es una simple expresión sobre quienes, de manera inexplicable, dejan ir el triunfo teniéndolo prácticamente en sus manos. La Real Academia ha aceptado que ya puede considerarse una expresión que a la letra dice “’cruzazulear’ es un neologismo del español de México que alude a la acción de perder un partido luego de tener la victoria prácticamente asegurada. Tal ha sido el impacto de esta voz en nuestro país que actualmente se utiliza en ámbitos ajenos al deportivo” (RAE, 09-12-2020). Es decir, son situaciones que expresan lo más cercano a un triunfo y dejarlo ir por omisiones, exceso de confianza o por creer que no hay oponente a quien enfrentar.

Esta semana, se refrendó, en la cultura popular mexicana, la palabra con lo acontecido en el partido del equipo cementero quien enfrentaba a los Pumas en semifinales; en el partido de ida ganaron 4-0, su afición y el equipo, consideraron que concluiría la maldición que han vivido desde hace dos décadas. Llegaron al partido de vuelta confiados, asumiendo en la estrategia cómo enfrentar no ese partido, sino la final. El resto es historia: perdieron 4-0 con la mayor remontada registrada en el deporte de futbol en nuestro país, para orgullo de los universitarios y frustración de la cruzazulina.

Pues bien, eso mismo puede suceder en la política y en los partidos políticos en el presente proceso electoral rumbo a la elección del 2021. Hay quienes ya se sienten triunfadores sin siquiera haber iniciado formalmente la contienda, ni conocer la alineación oficial de quiénes habrán de contender.  

La estrategia de los que triunfaron de manera abrumadora y por goliza en el partido de ida, en el 2018, han asumido la misma estrategia descrita en el futbol; ya se arrogan triunfadores, repartiendo posiciones y prebendas, visualizándose en los diferentes cargos a elegir, peleando entre el mismo equipo por quién será el jugador más valioso, preocupados por quién levantará la copa en lugar de por comprender que hay un partido de vuelta en el que participa el opositor deseoso de remontar y recuperar el honor, con estrategia y motivados, desde la derrota, para recuperarse y ofrecerle una remontada histórica que llene de satisfacción, alegría y honor a su afición.

Cruzazulear en política, aparece en el horizonte no lejano para quienes se sienten ya triunfadores y con la copa en sus manos; mientras que la remontada, motiva a quienes pelearán hasta el último minuto para demostrarle a su afición de qué están hechos, pensando en su afición y la manera de brindarle el mejor partido, ése que será recordado en la historia como el más trascendente en el sistema de partidos en nuestro país y en nuestro estado.  

Salida

1.- Las señales indican que habrá más de dos alianzas en nuestro estado: PT y el Verde; Morena y el PES; PAN, PRI y el PRD. Faltan los partidos que irán solos por ley, quienes han decidido ir se esa manera inexplicablemente y quienes contenderán por la vía independiente. Opciones habrá para elegir.

2.- ¿Paridad en Morena? Al registrarse sólo mujeres para lograr la candidatura, se logra de manera histórica lo que tanto se ha criticado si fuera en sentido contrario. Sin duda es un gran avance que debe festejarse; utilizar el mismo argumento del género no presente para defender esta circunstancia, me parece, no lo es.

3.- Las demandas del magisterio colimense es legítima, no exigen sino lo que les corresponde por Ley. A pesar de haber sido aliados y ayudar para ganar la gubernatura, una vez en el poder, marcó distancia que, hasta el final del mandato, permanece.