Por: Mario Acevedo Manzano
Conmemorar la libertad de expresión es buen motivo para reflexionar sobre la crítica misma y preguntarnos ¿responde los editoriales y opiniones de Columnistas a la verdad histórica? O bien, ¿los opinadores en los diferentes temas económicos, políticos y sociales son imparciales y honestos en sus comentarios escritos en los medios impresos o en medios electrónicos? También vale la pena preguntarse ¿en cada editorial o artículo de fondo el mensaje de los escribidores es independiente y responde al interés social? Para encontrar la respuesta a las anteriores interrogantes es necesario analizar el impacto de editorialistas y articulistas en la opinión pública y sus repercusiones en la Sociedad y Gobierno y a falta de investigaciones de campo en este tema es posible hacer una crítica a la crítica.
Para empezar con la verdad histórica y postverdad, resulta obvio que, tanto medios como columnistas y editorialistas, poco o nada les interesa expresar la verdad histórica, más bien , cada escribidor manda su mensaje de acuerdo a su formación ideológica y política con una determinada inducción acorde a los intereses personales y el contenido del mensaje es procesado por el lector y lo clasifica como verdadero o falso, o sea, los lectores en muchas ocasiones tienen su propia opinión sobre el tema ,y al compararlo, pueden estar de acuerdo, o no, con los argumentos y conclusiones del emisor, por ello, mucho tiene que ver la cultura general o política del receptor en el impacto social de las colaboraciones de articulistas y editorialistas.
La postverdad es la agregación de la información a un hecho considerado como verdad, mismo que, con mayor información se puede trasformar y modificar su apreciación inicial para evolucionar hacia una nueva forma de verdad, en este tema es muy importante los artículos de investigación realizado por Periodistas.
La imparcialidad y honestidad de los emisores del mensaje siempre será cuestionada por quien recibe el mensaje, pues, la credibilidad de mensajero nunca será al cien por ciento de lo que se escribe o se escucha y prevalecerá la interrogante ¿será cierto lo que escribe o dice? Y es bueno que así sea, mal se verían mensajeros y receptores cuando exista una Sociedad desculturizada incapaz de discernir, analizar y comparar la información emitida por Medios y comunicadores.
Los escritos de los comunicadores, por lo general, son independientes y responden al interés social, por el interés el emisor de lograr credibilidad en sus lectores y asegurar su permanencia en los Medios en la medida que resulten de interés social sus colaboraciones, existen muchos escribidores que hacen sus escritos con la intención premeditada de servir a su patrocinadores, por lo general este tipo de escritos, no tienen el impacto social y en poco o nada contribuyen al debate público.
Los medios de comunicación juegan un papel muy relevante entre el receptor y emisor del mensaje, existen medios públicos y privados, los medios públicos en Radio y TV son acríticos al Gobierno y mantienen la falsa idea de su existencia misma está hecha para apoyar al Gobierno, concepción errónea si tomamos en cuenta que, un medio público funciona con recursos fiscales que aporta la Sociedad al Gobierno y, en consecuencia, el Medio debe responder a la defensa de los intereses sociales y permitir una crítica razonada tanto a la Sociedad como al Gobierno, el ejemplo nacional lo tenemos en el canal 11 de IPN, en ese canal, existen los críticos más acérrimos a las políticas públicas del gobierno federal y a sus gobernantes, baste ver el programa semanal Primer Plano en las voces de Sergio Aguayo, Lorenzo Meyer, Ma. Amparo Casar, Leonardo Curzio y más comentaristas en donde el gobierno de Peña Nieto es cuestionado por sus posibles faltas a un buen gobierno. El canal 11 del gobierno del estado debe aprender que la critica a las políticas públicas en parte de un debate democrático en donde se defiende la libertad de expresión yl pluralismo con la aclaración necesaria que, el Medio no comparte las opiniones de los editorialistas y los incluye en su programación como una garantía de la libertad de expresión.
El gobierno federal al permitir en un Medio público críticas a su Gobierno, se alza como un defensor de la libertad de expresión.
Notas cortas
La lealtad solicitada por Trump al ex director del FBI demuestra su vocación de Dictador al considerar que los funcionarios de su gobierno le deben lealtad a su persona y no al pueblo norteamericano, algo similar pasa en México cuando el Presidencialismo mexicano exige lealtad y hasta sumisión a sus funcionarios.