CONSTITUCIÓN MORAL

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Recuérdese que cuando Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como candidato presidencial del Partido Encuentro Social (PES), soltó varias propuestas que acapararon la atención de los mexicanos, mismas que había hecho en días anteriores frente a militantes de Morena y del PT.

Planteó el tabasqueño la elaboración de una constitución moral, que por estos días ratifica, y dijo que de ganar las elecciones próximas convocaría a una asamblea constituyente para elaborar una “Constitución Moral. En este proceso, participarían filósofos, antropólogos, psicólogos, especialistas, escritores, poetas, activistas, indígenas y líderes de diferentes religiones. Sería ese un diálogo entre religiosos y no creyentes para moralizar a México. Este planteamiento está en operación.

Otro punto que remarcó AMLO aquella vez fue la corrupción política y moral que está hundiendo al país, por lo que prometió acabar con ella tan luego llegase al poder. Destacó la falta de valores imperante por lo que prometió emprender la tarea de recuperarlos y exaltarlos por el bien. Incluso, achacó la crisis actual de México a la falta de los mismos y no solo a la falta de bienes materiales.

Ante Morena y el Pt, Amlo prometió acabar con la corrupción y la impunidad, dar fin a los fueros y privilegios, terminar con el despilfarro millonario del gobierno, además de bajar sueldos a funcionarios. Borrón y cuenta nueva de pilón. Se comprometió a dar apoyo a los pueblos indígenas, garantizar el derecho a la educación, preocuparse por temas ambientales, de seguridad, echar atrás la reforma educativa y revisar los contratos del AICM. Antes de ejercer formalmente la presidencia, anuló el NAIM y la reforma educativa.

Como es evidente, los adversarios de Amlo se burlaron de alguna manera de su propuesta moralizante y más aún de llevarla tan lejos como para crear un cuerpo moral, una Constitución que rija el modo de ser y de actuar de los mexicanos ya que con las leyes actuales, según él y yo deduzco, no bastan para garantizar una vida colectiva piadosa.

¿Cuál sería el contenido de esa Constitución moral, hace falta, es pura balandronada o de verdad hay ese interés en Amlo en purificar la vida de México, afectada por el incumplimiento general hacia las leyes, por la corrupción imparable y la desigualdad creciente y cuando entre sus correligionarios hay personajes muy cuestionados que se hicieron con posiciones en el congreso o en el gabinete como el Napito, Macedonio o Bartlet?

Esto nos dice José Augusto Ortíz, ideólogo de Morena y miembro del Consejo para su redacción: Estamos en una crisis moral, en una crisis ética muy profunda, la corrupción ha llegado a niveles de perversidad, la gente se siente desorientada, no sabemos exactamente dónde están los ejes de la conducta, pero podemos llegar a un consenso y rescatar esos valores que han caracterizado a la sociedad mexicana, que están profundamente latentes en la mente y el corazón de la gente. Aunque la CM no será obligatoria, “sí se crearán otras leyes obligatorias, reglamentos y una parte jurídica para el comportamiento de los funcionarios públicos”.

Me parece que debe intentarse y apoyarse toda acción del Estado que tienda a purificar la vida pública, todo lo que abone a rescatar la dignidad de millones de mexicanos que no tienen opciones de una vida con satisfactores mínimos. No será tarea fácil procurar el cambio de hábitos en muchos conciudadanos porque el país tiene un gran porcentaje de población sin educación y en los hogares no existe la determinación de contribuir, por ignorancia o falta de convicciones, con actos generosos que mejoren la vida familiar y armonicen la vida social.

Coincido con Ortíz Pinchetti en el sentido de que la corrupción ha llegado a la perversidad, a un cinismo inaudito que exige una acción a fondo del Estado, pero con la contribución decisiva de todos. Una Constitución moral podría hacernos cambiar positivamente a los mexicanos.