CLAUDIA EN CAMPAÑA (La veracidad es una forma de justicia)

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

En el centro del ruedo político se  colocó, en los primeros días de actividad política formal y por méritos propios, la colimense Claudia Yáñez, mujer que en poco tiempo de participar en Colima se  reveló como una persona combativa, de lenguaje crítico y coherente,  que no tiene pelos en la lengua, según auto calificó, pero frontal y definitiva en los juicios que hace. Claudia no habla al tanteo, para ganar prensa, sino para que el poder reflexione y la sociedad tome nota de los problemas que sufre. En campaña ha propuesto  cambios que modifiquen el panorama actual de nuestra entidad.

Colima merece una sacudida enorme los dos  meses siguientes, necesita aspirantes que hablen con la verdad, sin medianías, sin demagogia.  Lo que menos se requiere son  políticos tibios, convenencieros, marrulleros,  que solo velan por su santo. . .  y por el de los suyos cercanos. Nuestra historia reciente registra una facción de políticos y políticas fracasada, para dar pena ajena. Ha pasado esa facción de noche por gubernatura, alcaldías, congreso y  demás cargos públicos sin inmutarse, viendo como los problemas se multiplican, preocupados tan solo por agrandar sus  emolumentos y cómo brincar a cargos más elevados.  Como que en Colima el tiempo se detuvo, muchos proyectos se postergaron y no se hicieron  cosas que debieron hacerse.

Digo rápido que debemos aprovechar la oportunidad en la elección venidera y no dar cuartel a políticos y a  aspirantes a serlo que no reúnan mínimas cualidades de honestidad, escolaridad, (mínimo licenciatura para que sepan leer al menos en el Congreso o para que cuando menos usen el sentido común, el más común de los sentidos en las decisiones de gobierno, sin embargo ),  espíritu de compromiso, analizar de que núcleo familiar se proviene, si de familias honorables o derruidas, de familias estructuradas en valores o de ascendientes de dudosa moral, con malas historias. Todo esto serviría.

Por lo pronto, está en escena Claudia Yáñez, la aspirante del FM a la gubernatura  y con ella una alternativa a estudiar aunque no haya prendido su candidatura como ella hubiera querido. Rompió  con su partido de origen, tuvo el valor para renunciar luego de una jugada que le hicieron desde las alturas del poder. Está en su derecho de luchar por sus ideales y tratar de servir a Colima desde la máxima responsabilidad del Estado. Que le alcance su esfuerzo es una incógnita por ahora, pero seguro que está “dejando el pellejo” en sus recorridos por Colima y convencerá a muchos colimenses sobre su proyecto bajo la consigna de que “los honrados somos más!”  

Inició Claudia llamando a las cosas con su nombre, propio de un discurso sin cortapisas. Abordó, en su precampaña,  dos asuntos que  tocó inicialmente y están en etapa de “VEREMOS”: el del lío transportista donde el centro del problema es la circulación de los peligrosos  mototaxis que siguen accidentándose   y la falta de financiamiento y apoyos para transportistas de parte del gobierno estatal. El otro tema abordado por la candidata de Fuerza por México, expresa una crítica a las políticas y a la ausencia de acciones de seguridad para proteger a la población. Refirió la necesidad de  reactivar casetas de vigilancia abandonadas en colonias y parques en un gran número y que al paso del tiempo se convirtieron en refugio de vagos y drogadictos. Se manifestó porque haya vigilancia de 24 horas en todas ellas, en las que brinden no solo atención  sobre lo que circula, sobre el entorno, sino  que se les dote de capacidad  para manejo en casos de emergencia sanitaria o de  primeros auxilios.

En fin, los ciudadanos tienen que aclarar sus preferencias en el contexto de competencia que se aproxima, votar en conciencia, pensando en cómo le iría mejor a Colima no en cómo pudiera lograrse un beneficio propio o familiar, lo que es muy común. Al menos yo votaré pensando en la grandeza de mi estado.  

Tenemos que dejar de vivir en la desconfianza hacia quienes gobiernan, porque  desde el poder no  se habla con la verdad sino con engaños. Desde que en las campañas se dice que la gente “está allá” y que el poder “está acá”, ya comienzan las dificultades y los sinsabores. Que el poder sirva a la gente decía Labastida en el 2000, y ya ven como le fue.  Tenemos que elegir a quienes hagan de su vida y obras una autentica unidad, sin poses, ni apariencias y si con efectividad en resultados. 

Claudia Yáñez ha expresado con claridad que falta en Colima “visión empresarial” para aprovechar el alto potencial productivo, y añadiría yo que esa condición tendría que ser acompañada por una política estatal transformadora, incluyente, creativa, decisiva. Los últimos años se han perdido oportunidades por falta de visión y audacia, por torpeza y falta  de decisiones, por carencia de liderazgo. Es tiempo de recomponer lo que se ha hecho mal, de trabajar para eliminar  los rezagos estructurales que todo mundo conoce.  

Claudia no ganará pero  dejará una profunda agenda de convicciones, una propuesta de cambio que pueda ser signo de aliento para la actual generación a la que entre paréntesis le sobra energía e intrepidez; se esfuerza por estos días en mostrar rumbos atrayentes, el camino   de hacia dónde tenemos que ir y cómo llegar. Ustedes, amables lectores,  tendrán en la elección  la última palabra.  Hoy, Claudia no va arriba en las encuestas, pero lo que logre será meritorio. Estará lista, si quizás lo decidiese,  para el 2027.