Brasil cautiva al mundo; inauguran Juegos Olímpicos

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*La organización de Río 2016 ofreció una colorida ceremonia de inauguración en la que destacó la historia y la rica tradición de música y baile de esa nación. 

COLIMANOTICIAS

Colima.-  Como aquellos tiempos de la antigua Maratón, fue un hombre de pies ligeros y de largo aliento el encargado de encender el pebetero olímpico en el legendario Maracaná. Dicen los viejos cariocas que Vanderlei de Lima ganó bronce, precisamente en los Juegos de Atenas 2004. Ayer, el hombre de 46 años de edad fue el último relevo. Hortencia, la mejor basquetbolista brasileña de todos los tiempos, le cedió la antorcha y el ungido encendió el pebetero. Aquel fuego olímpico iluminó el estadio, encendió la ciudad y todo el país. Después, el mundo entero. La señal es inequívoca: ¡Río 2016 vive!

Una enorme hoja de papel se transforma en el mar, ése que inunda de magia el Maracaná y después un tambor que dispara una inmensa batucada. La cuenta regresiva que no se detiene, los sueños de miles de atletas que llegan con las piernas de acero y el corazón a mil. ¡Cinco, cuatro, tres, dos…!

Se escucha el Himno de Brasil, pero se borra del programa la presentación del Presidente. Tres carabelas articuladas con movimiento de barco en la tempestad representan el viaje de los portugueses a través de un océano desconocido. Son recibidos por los indígenas. Después, grupos de africanos que son traídos a fuerza, donde la esclavitud duró más de 400 años en plantaciones de caña de azúcar. Luego, los árabes y orientales que se asoman.

De pronto un aeroplano de papel vuela. Como Santos-Dumont, se escapa del eterno Maracaná. La suave melodía de Antonio Carlos Jobin y Vinicius de Moraes embelesa a los ahí presentes. La diosa hecha mujer llamada Gisele Bündchen enamora con su cadencioso andar.

Y todo mundo a cantar: “Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça/ É ela, menina, que vem e que passa”. La menina de cabellos de oro pisa el terreno que después será propiedad de los más altos, los más fuertes y los más rápidos.

A lo lejos se miran las favelas hechas de cartón. Y esa música electrónica, frenética y llena de color neón. La que se transforma en un país tropical. El baile que te levanta como resorte. ¡De carnavaaal!

Luego Elza Soarez, la mujer de aquel patisambo llamado Garrincha, demonio disfrazado de extremo. La cantante y el futbolista. La bella y la bestia.

La música no se detiene, algo que atrae a miles de hombres y mujeres que llegan de todos los puntos del planeta. Dicen que esto se ha convertido en un Estadio de Babel.

¡Grecia y sus ateneas!, ¡Alemania y sus teutones!, ¡Australia y el clavadista mexicano Kevin Chávez transformado en canguro!, ¡Burundi y sus leonas!, Chile y sus araucanos!, ¡los Emiratos Árabes Unidos y sus mujeres cubiertas de los pies a la cabeza!

Uno quiere que agilicen los pasos. Para decirlo claro, que lleguen a la M de Malta, Marruecos, Mauricio y Mauritania. ¿Qué sigue? Una bella voluntaria pasea en un enorme triciclo y detrás otra menina con un letrero y aquella palabra que te pone la piel chinita: ¡Mé-xi-co!

Así como nuestra delegación, también fueron bien recibidos los franceses e italianos. De igual manera de tribu maorí de Nueva Zelanda. No así Rusia, la que llegó sin su bella Isinbayeva y sus otros fantasmas consumidos por el dopaje.

Con información de EFE | AP