Bares y Discos Lucieron Semivacíos Ayer

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    Por lo menos así lo reportan algunos de los gerentes de los negocios como Carlos Juárez del Idols –bar de música rock-, ubicado por la avenida Camino Real quien asegura “que a esta hora –la antes señalada- ya esta llenó” y que sus ventas disminuyeron 40 por ciento.

    Él señala que esta situación la notaron desde el jueves que abrieron, la cual sabe “repercutirá en el pago de la nómina más que nada” así como con en los ingresos de la empresa, porque además esa misma tendencia registró según dice, el otro bar –del mismo estilo- que los dueños tienen por la avenida Venustiano Carranza.

    Minutos antes de las 12 de la noche, otro que se queja de la afectación es Juan Pablo Rocha uno de los socios de El Tarro (bar ubicado por el tercer anillo periférico a la altura del Residencial Esmeralda), quien sostiene que sus ventas cayeron hasta en un 50 por ciento desde el domingo pasado y pide a las autoridades “que hagan su chamba porque este problema de la violencia ha afectado ya a los empresarios”, de manera que sugiere que cambien la estrategia en cuestión de seguridad; enseguida de decir esto, avanzan lentamente por la lateral de dicha avenida (frente al bar) 4 vehículos llenos de militares que hacen un rondín nocturno.

    Minutos más tarde otra zona llena de bares que no luce con tanto vehículo como se acostumbraba en fechas pasadas, es la V. Carranza; en la parte externa de uno de estos negocios se encontraban disfrutando de una michelada cuatro jóvenes mujeres –Fabiola Jésica, Claudia y Jannet-, entre ellas dos menores de edad de apenas 16 años, quienes dicen que a raíz del atentado del Nuit sus padres por poco y nos las dejan salir y aunque les prohibieron ir a bares, ellas decidieron acudir a éste y aunque aceptan que en principio les causó duda dónde sentarse, decidieron aunque con temor, tomar una de las mesas de la terraza.

    Estas jóvenes gustan de la música grupera y lamentan que debido a la inseguridad hayan suspendido las fiestas del rancho El Monarca, a donde acostumbran ir los fines de semana, de manera que en ese momento planeaban con otras amigos -vía telefónica- reunirse en casa de alguno de ellos para “el after”, es decir seguir la fiesta cuando los corran del lugar, pues les avisaron que cerrarán poco antes de las 2 de la mañana.