Austericidio

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Por: Francisco Pérez Medina.

Hace dos años y medio, hubo una gran efervescencia política en favor del actual gobierno federal y de candidatas y candidatos del mismo partido, quienes, designados por una famosa y dudosa urna, como en los tiempos del partido hegemónico, si eras favorecido con bola branca, la ola de inconformidad, por las condiciones que prevalecieron de críticas al gobierno saliente, te llevaría a ser votado por la mayoría, sin importar mucho que hubieras sido militante de a quien se señalaba.

Los excesos, los errores y el desgaste en el poder, fueron el caldo de cultivo suficiente para una seria inconformidad de ciudadanos contra los partidos más longevos de nuestro país: PAN y PRI. Azuzados por quien se presentaba por tercera vez en las urnas, no fue difícil predecir el debacle de los partidos tradicionales y el surgimiento de una tercera opción que, hay que decirlo, la mayoría provenía justo de estos partidos, pues, hasta el mismo candidato había sido su dirigente estatal en Tabasco.

El principal señalamiento que les brindó la alta competitividad, a pesar de ser su debut en la contienda electoral para la primera magistratura, fue: la corrupción. No hubo ciudadano que no estuviera harto de ella. Y, difícilmente, los candidatos provenientes de quienes habían gobernado se pudieron desmarcar de ella. Lo demás es solo historia: abrumadora victoria.

Al llegar al poder, la expectativa fue enorme y el discurso de señalamientos volvían atractivo las decisiones en torno a que, precisamente, se hacían combatiendo la corrupción. Así, si se vendía un avión, era por supuesta corrupción; si desaparecían las guarderías para madres trabajadoras, era por la corrupción; si se cancelaba un aeropuerto -recientemente premiado por organismos internacionales- era por el combate a la corrupción; si se eliminaba fideicomisos, era para combatir la corrupción; si se despedía personal o desaparecía dependencias, era supuestamente por el mismo motivo; si se desapareció proyectos para el campo, aplicó el mismo argumento y; también, si se dejaban de adquirir medicamentos para niños con cáncer, era por la sonada corrupción.

Muchas dudas comenzaron a surgir, pues se señalaba el pasado lleno de corrupción sin castigarla o comprobar su existencia; pero, el presente, el de sus allegados, su familia, sus programas estelares, para esos no se combatía con el mismo discurso, sino que utilizaba su estrategia ya trillada: hacerse la víctima desde la mañanera.

El presupuesto se concentró en la construcción de tres obras inviables financiera y operativamente: Tres Bocas, Tren Maya y Aeropuerto de Santa Lucía. Para éstos, destinó todo el presupuesto. Sin embargo, a todas las dependencias y programas los dejó sin operatividad, a los estados y municipios, les dejó en la orfandad sin respetar el pacto fiscal. Lo que sucedió el día de ayer con la muerte de 25 personas y cientos de lesionados, es la consecuencia de estas decisiones. Lo que nunca pensó el presidente es que sus disposiciones, les llevaría a sus más cercanos colaboradores y proyectos a sucederlos a algo que muchos ya lo anticipaban: el austericidio.     

Salida

1.- Por cierto, un dato relevante respecto a las empresas responsables de la construcción de la Línea 12 que se derrumbó: cuatro de ellas, son las mismas que están construyendo el Tren Maya y el Aeropuerto Felipe Ángeles. Saque usted, estimado lector, sus propias conclusiones.

2.- La empatía y solidaridad se generó espontáneamente para atender inmediatamente a las víctimas, personas se sumaron -como lo saben hacer las mayoría de los mexicanos- a apoyar las labores de rescate, mandatarios de todo el mundo expresaron sus condolencias y, el presidente, él expresó lo que ha hecho desde que inició su mandato: decir que son los medios de comunicación los que lo atacan, que hay un “ periodismo inmoral”.

3.- Comenzó la vacunación en nuestro estado para el personal del sector educativo. Favorable que, por fin, se visualice un mejor escenario luego de una año y medio de pandemia.