En recuerdo a Gustavo
Por: Luis Ávila Aguilar
Me tocó vivir con Gustavo Vázquez Montes, aquella experiencia al interior del PRI en el 2003, en donde por determinaciones de quienes entonces las tomaban, se tenía que competir en una elección abierta para ser candidato, a gobernador del Estado en su caso y en el mío a diputado local por el séptimo distrito electoral de Villa de Álvarez.
Venía trabajando con Gustavo desde el Congreso del Estado en donde el por segunda ocasión era diputado local por su querido Tecomán, y quien esto escribe, como Director de Comunicación Social del poder legislativo.
Recuerdo que en esa condición de legislador y como funcionario en mi caso al servicio de los diputados, en donde por cierto hay que mencionarlo, le fue negada la posibilidad de coordinar a la fracción legislativa y otorgándole a cambio, dado su amplio liderazgo social, la dirigencia estatal del partido es que acudió a visitarme a mi oficina después de una larga sesión legislativa.
Fue tarde, rumbo a las 23 horas, ya casi desolado el recinto que alberga al poder legislativo. El profesor Gustavo acudió a mi oficina, seguro que me encontraba, por que quienes al final se desocupan, como toda actividad gubernamental, son las áreas de comunicación social a efecto de boletinar y enviar los textos íntegros de la sesión a las salas de redacción de los diferentes medios de comunicación.
Como fue su personalidad siempre, amable atento y sin desplantes, me interrogó que haría al terminar mi labor, le comente raudo que lo que el dispusiera, en mi convicción estaba cierto, que el candidato del PRI a la gubernatura debería ser él. Nos encontrábamos para eso ya en un proceso de elección interna evidente en donde el único que no se destapaba era el, habría declarado apenas que no se encartaba pero que no lo descartaran.
Me invito a cenar a conocido restaurant en donde tomamos, solos, unos tragos de un buen coñac, cuál era su predilección, con coca cola, fue testigo siempre, en mesa por separado, Luis Vargas su inseparable asistente y amigo.
Gustavo como le llamamos siempre quienes lo apreciamos (todo Colima) me pidió, “ciudadano” como del dijera, mi opinión a su postulación, le dije sin pensarlo que se estaba tardando, muchas gentes esperamos una señal tuya para manifestarte nuestra voluntad y respaldo… así fue Gustavo, sencillo, sin aspavientos, sin poder, siempre con la gente, con su pueblo…después fue candidato, gobernador y un 24 de febrero, un año y cuatro meses después dios lo llamo a su reino… en memoria al amigo, al hombre socialmente ejemplar…