LA AUTOPSIA

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Homenaje a Blanco

Por: André Marín 

Pasado mañana es la despedida de uno de los más grandes futbolistas que ha tenido nuestro país. Se habían tardado, pero por fin tendremos el adiós de Cuauhtémoc.

No me voy a meter en el tema de si el registro está en forma o no, quiero solamente hablar de un joven al que tuve el placer de conocer cuando comenzaba y, posteriormente, fuimos teniendo experiencias en partidos, entrenamientos, concentraciones, viajes y hasta mundiales.

Por principio de cuentas hay que decir que fue un fuera de serie. Tenía unas condiciones anormales y las mostró desde sus primeros partidos. Comenzó como extremo derecho y poco a poco se fue ganando el privilegio de ser el comandante del Club América.

Hábil, descarado, valiente y sumamente talentoso con la pelota. Cuando el juego pasaba por él, los partidos eran diferentes. Hacía cosas de futbol callejero en las canchas profesionales y el fanático se levantaba de su asiento cuando enfilaba a la portería rival.

Blanco estará rodeado de la gente que lo quiere y en el estadio donde merece decir adiós. En el Azteca hizo cosas inolvidables y les puedo asegurar que pasarán muchos años para volver a tener a un tipo que le llegue tanto a la tribuna.

Ídolo de verdad, ídolo como pocos. Por el América lo dio todo. Sus ídolos fueron Daniel Brailovsky y Antonio Carlos Santos. En su infancia nunca pensó que su talento lo llevaría a tanto.

Fue una pena ver cómo no pudo triunfar en España. Se fue en condiciones muy adversas, porque no lo compraron y fue un préstamo que se trabó por una gravísima lesión en la rodilla, en un partido eliminatorio del Tricolor.

Si usted es americanista vaya al Azteca a disfrutar del último partido de Cuauhtémoc. Valdrá la pena verlo y homenajearlo, porque estamos ante la presencia de uno de los más grandes ídolos de la historia del Club América.

Si lo registraron bien o mal será tema de otro día. Que juegue, se divierta, tenga la pelota y, si se puede, que haga un gol.

Serán 30 ó 40 minutos que habrá que disfrutar y guardar en la memoria.

Tuvo todas las cualidades para llegarle al fanático: cínico, descarado, hábil y nunca se rajaba a la hora de meter la pierna. Defendió como pocos la camiseta más polémica del futbol mexicano.

Si usted lo vio en plenitud, vaya a decirle adiós.

Si sus hijos, sobrinos o amigos no lo vieron, vale la pena que vayan a despedir a uno de los más grandes.

Se va Blanco en el Azteca, en partido oficial y con él uno de los más grandes futbolistas que ha dado el futbol mexicano.

¡Felicidades Cuauhtémoc!

                Twitter: @andremarinpuig