*El Chavo del 8: Un referente social
Por: Luis Ávila Aguilar
Reflexioné sobre la pertinencia de dedicar algunas líneas al fallecido Roberto Gómez Bolaños “Chespirito“, para evitar caer en el juego mediático de su casa Televisa, quien fue la que dio éxito a los múltiples personajes humorísticos y de entretenimiento que creó y que hizo llegar a millones de mexicanos, en aquel entonces, a través de la televisión.
Como no recordar y de esto estoy totalmente de acuerdo con la televisora, los programas nocturnos, de las 20 horas, en la hora de la familia, en donde nos reuníamos luego de la cena para divertirnos con el humor fino de Chespirito, protagonizando personajes de su creación como el Chavo, Chapulín Colorado, Chaparrón Bonaparte y los Cacos, entre otros, que si bien no protagonizó, fueron de su creación, tales como el famoso profesor Jirafales y su eterna enamorada, Doña Florinda.
Personas como Gómez Bolaños no pueden pasar desapercibidos, fue parte de la formación de una generación que hoy es adulta, fue entretenimiento y motivo de la reunión familiar, en donde nuestros padres podían tener la satisfacción que ahí frente al blanco y negro, los niños de aquel entonces estábamos a salvo, lejos de los riesgos y la inseguridad de hoy en día, de los programas actuales con excesos de violencia y la generación de una cultura narco, cargadas de sexo fácil y de prácticas personales carentes de valores.
Fue sin duda este personaje parte de la formación de esta generación. Como icono que es, se constituye sin duda, en un referente social; por su carisma artístico (de su vida personal, no lo sé ni me interesa) por sus personajes que dibujan sociológicamente bien la forma de ser de la clase popular mexicana, la vida de vecindad en donde nos formamos muchos y en donde abundaban, Los chavos, las Florindas, los Ramones, Jaimitos, las Chilindrinas, las brujas del 61 y por supuesto el agiotismo del señor Barriga.
Lejos estaba entonces las guerras entre narcos, y carteles de las drogas, entre los cuerpos de seguridad y estos, las muertes sangrientas en las calles y en plena luz del día, los secuestros y la trata de blancas, los problemas económicos y financieros que provocan la inflación y la crisis que en nuestro país llego para quedarse, el mundo de la tecnología y la comunicación satelital, las desapariciones inexplicables de personas, existía para entonces como entretenimiento sólo el mundo de la televisión en blanco y negro.
Por ello el Chavo será siempre el Chavo, por que interpreto con inteligencia y metodología científica, quiero pensar que sin proponérselo, porque su ingenio fue innato, toda una época hermosa de una generación de mexicanos. Por eso el Chavo, recibe también en su muerte el reconocimiento social, porque con su fallecimiento se constituye como el referente cultural de aquella sociedad añorada que se fue, sin esperanza de retorno.