TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

La tía de mi amigo Jorge Fernández decía, “no importa quien lo haga sino que se haga”. En la vida se requiere gente que haga, que sirva, que ayude y que además lo haga bien. El miércoles pasé por el libramiento y vi que un grupo de trabajadores estaban limpiando los pequeños camellones llenos de matorrales. No sé a qué institución o dependencia pertenezcan, solo me doy cuenta de que una petición ciudadana está siendo atendida y eso es lo que vale, gracias.

De pronto algunas y algunos servidores públicos de cualquier nivel, son envueltas por sus colaboradores en papel de china, de tal manera que quedan transparentes en sus acciones cotidianas, pero retiradas de la gente-sociedad, que les dio su confianza mediante el voto. En consecuencia, les generan un halo repelente que les aísla de sus representados-patrones. ¿Acaso no lo ven? Obviamente es contraproducente, pues cada día son mas las personas que están en contra de los frágiles castillos de cristal que envuelven a sus autoridades. Cuando llegan a pedir el voto andan a pie, con ropa sencilla y hasta sombrero o cachucha, ya nada mas ganan y los cenicientos se convierten en caballeros con la armadura oxidada.

Es decir, se envuelven de forma tal, que son inaccesibles, especialmente para la gente que,  obviamente, tiene una necesidad. Y me pregunto yo, como dijo Juan Gabriel, ¿Pero qué necesidad? En donde quedan el respeto, el compromiso, la responsabilidad y sobre todo la vocación de servicio. No son pocos los candidatos que han recibido reclamos cuando han ido a pedir el voto y desde luego que les ha sido negado, porque anteriormente ocuparon un puesto y sencillamente se olvidaron de cumplir con algo tan sencillo para lo que fueron designados ahí, servir, lo peor, hasta se enojan.

Las redes sociales hoy, se encargan de mantener la memoria fresca en los usuarios, a veces de manera exagerada y otras quedándose cortos, quienes navegan por el misterioso espacio cibernético, hacen uso de su libertad de expresión para exhibir y desahogar su justo reclamo. Insisto, a veces se exagera y se cae en lo grotesco, lamentablemente aun cuando no justifico, en algunas ocasiones, muchas, no se les deja otro camino. Ojalá, cosa que dudo, quienes orientan o aconsejan mediante una generosa suma-salario, a quienes ya suspiran por otro puesto sin terminar el actual, orienten, sugieran, aconsejen, propongan, a sus jefes y jefas, que no la perjudiquen, a la sociedad, con actitudes hostiles o indiferentes, por favor.

Nada cuesta ser amable, mi madre decía en torno a Jaime Morales Fernández, médico de profesión, servidor publico y extraordinario ser humano, “No siempre puede ayudar, pero trata tan bien a la gente que las deja contentas”. Garbanzo de a libra, como pocos en la política, y es que nada cuesta seguir siendo quien somos, después de todo el puesto solo dura tres o seis años, pa que tanto brinco; al Dr. Morales lo trataron tan mal que se fue del partido al que tanto sirvió. La gente decía, “si eso le hacen a los de adentro, que será con los de afuera”. Por favor señoras y señores servidores públicos, la sociedad es la autoridad que les puso en donde están, sean amables, prudentes, serviciales y diligentes, como cuando andaban en campaña. La sociedad merece el mejor trato, la mejor atención, cumplan con amor su responsabilidad, solo eso.

ABUELITAS:

La carretera a Comala se encuentra muy maltratada desde hace varios trienios, gobiernos van y gobiernos vienen y todo empeora. Dice Ramón, un hijo prodigo de Suchitlán, “si el ayuntamiento no puede que lo acuerde con los restauranteros”, claro está, en alusión a los negocios de alimentos debidamente establecidos a lo largo y ancho de la carretera y sus comunidades. Algo tendrán que hacer, pues la carretera está llena de baches y ello representa un verdadero riesgo, además de que las boyas requieren ser pintadas, en todo el estado es lo mismo, para que el conductor las vea y tome precaución. Es cuánto.