TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

Como salido de una película y catalogado como intenso, peligroso y sin precedentes, entre otras muchas etiquetas, el huracán Patricia generó miedo, pánico, angustia, y muchas otras emociones entre quienes conocieron de él y las probables consecuencias que podía dejar a su paso. Desde horas tempranas diversos medios de comunicación citaban la magnitud del problema meteorológico y con ello, la insistente sugerencia de que se tomaran las precauciones necesarias para recibirlo. En el caso de nuestra ciudad, lamentable por cierto, se pudo constatar que si bien por un lado tenemos conciencia de este tipo de fenómenos naturales, por la otra nuestra cultura aún no está cimentada lo suficiente y en consecuencia se dieron compras de pánico en tiendas de autoservicio y gasolineras, por mencionar tan solo un ejemplo. Decimoquinto de su temporada, el huracán Patricia comenzó siendo una tormenta al sur del Golfo de Tehuantepec, para el 20 de octubre ya era considerado una depresión tropical que se fortalecía lentamente. Más tarde sería considerado como el más peligroso del que se tuviera historia en nuestro país y terminó siendo identificado como el más peligroso del mundo, superior incluso al ciclón del 59.

Huracán categoría 5, quizás una de las palabras más temida y a la vez emocionante  para quienes se dedican a la “caza” y estudio  de huracanes. Derivada de los apellidos de los científicos que la desarrollaron, la escala Saffir-Simpson, (Herbert S. Saffir y Robert Simpson) es la forma más segura para medir la intensidad de un fenómeno de esta naturaleza. La escala se divide precisamente en cinco categorías, ¿me explico? Va en función de la fuerza del viento y de la presión atmosférica entre otros aspectos relevantes, de tal forma que categoría uno es la más leve y cinco la más destructiva. Solo para que usted apreciable lector (a) se dé una idea le comparto algunos datos:

Vientos superiores a 155 millas por hora (135 nudos o más de 249 km/h). Árboles y arbustos son totalmente arrasados o arrancados de raíz. Daños de gran consideración a los techos de casas y  edificios, a ventanas, cristales y puertas con colapso total de muchas residencias y edificios industriales, vehículos, anuncios y letreros arrancados, destruidos y llevados por el viento a considerable distancia, ocasionando a su vez más destrucción, en el mar el oleaje es superior a 18 pies (5 metros) sobre lo normal. Daños considerables a los pisos bajos de todas las estructuras, etc. En consecuencia, lo anterior deriva en una evacuación masiva obligada por razones obvias. Finalmente, aunado a lo anterior surgen inundaciones y fuertes lluvias marejadas ciclónicas y tornados.

Previsor, el gobierno del estado suspendió clases y labores institucionales, la mayoría de empresas se sumaron responsablemente y nos preparamos para lo peor. En muchos países la gente seguía de cerca el paso de Patricia, y se unieron en oración por México y los mexicanos, llamémosle destino, o fe, lo cierto es que afortunadamente ninguna vida se perdió y vivimos para contarlo. Gracias a Protección Civil, Cruz Roja, al Ejército, a la Marina Armada de México, a los elementos de la Policía, a los medios informativos y principalmente a la ciudadanía que una vez más demostramos que unidos por un bien común, todo es posible.

ABUELITAS:

Lo que das recibes, cada peso invertido en hacer el mal se pierde por diez, al igual que tus acciones buenas o malas son como las palomas mensajeras, tarde o temprano regresan al nido. El tiempo se encarga de dar a cada quien lo que le corresponde, Dios nos ama por igual. Es cuánto.