TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

Mucha gente me pregunta sobre la autoestima, según Freud, la autoestima es un “investimento narcisista”, es la cantidad de libido (fitness) invertido en uno mismo. Dicho de otra manera, es el valor con el que nos etiquetamos en comparación con los demás. Lo anterior nos lleva a identificar que existen personas que se valoran poco, en consecuencia decimos que tienen autoestima baja, cuando las personas se reconocen a sí mismas con una alta valoración por encima de sus merecimientos, decimos que su autoestima es alta. La autoestima se forma desde el momento mismo de la concepción al decir de algunos conocedores, siendo ahí en donde comienza la carga de mensajes que recibimos, primero de manera energética y luego psicológica.

Hoy se habla de una autoestima funcional, que es la que nos permite aceptar las derrotas, humillaciones o adversidades cotidianas de la vida sin venirnos abajo. Es aquella que pasa por alto las pequeñas contrariedades y nos permite salir adelante en las de mayor peso. Es aquella que vive en coherencia con los propios logros y se instala en ellos sin rencor, sentimiento de deuda o culpa.
¿La identifica usted apreciable lector(a)? la forma de reaccionar contraria a la que señalo nos pondría en una autoestima no funcional y por lo tanto muy cerca de estados depresivos o con desajustes en nuestra salud.

Los altibajos cotidianos de la vida nos llevan por diversos caminos y es necesario que estemos preparados para reaccionar ante los embates naturales del camino, por ello contar con una buena  autoestima es una herramienta indispensable. Me atrevo a decir que sin lugar a dudas marca la diferencia entre el éxito y el fracaso emocional de nuestra existencia. Por eso es importante expresarnos con libertad, con amor y con sinceridad, la represión de nuestras emociones es un síntoma desfavorable que revela nuestra baja autoestima. En ciertos momentos la confusión, la impotencia y la frustración producidas por el no logro, nos llevan a dudar de nuestro poder creador, de la capacidad natural de restablecernos, y es entonces cuando optamos por crear y a veces sostener conductas autodestructivas, lejanas al bienestar generado por la autoestima, es decir, por la consciencia, el amor incondicional y la confianza en uno mismo. Los seres humanos, somos “la única especie capaz de traicionar y actuar contra nuestros medios de supervivencia”. En estado de desequilibrio, el hombre opta por manejarse de formas diversas aunque nocivas y elige, generalmente caminos desfavorables, como la evasión, la negación, la parálisis e incluso la enfermedad.

Medite, practique algún deporte, cuide su alimentación y en consecuencia su peso, véase al espejo y dígase cuanto se ama, sonría cada vez que se vea. Regálese un abrazo, sea agradecido y sobre todo, evite guardar resentimientos, tenga la seguridad de que solo a usted le harán daño.

 

ABUELITAS:

Docente de profesión y amigo sincero, franco, dueño de una gran sensibilidad para la oratoria y las letras, Víctor Manuel Arceo presentó uno más de sus libros, Cartas del Apóstata. Editado por el Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Educación, el libro es una joya literaria que vale la pena tener como parte de nuestro acervo personal. Ampliamente comentado por diversos invitados, el libro fue compartido en la Casa del Periodista que preside el Dr. Miguel Delgado Álvarez. Expreso mi sincera felicitación para Víctor Manuel y me siento a esperar su próximo trabajo mientras leo “porque prisionero soy de mis voces pero nunca esclavo de nadie”. Es cuánto.