Por: José Díaz Madrigal
La conciencia se define como el conocimiento que una persona tiene de sus actos y pensamientos. Un individuo consciente, es aquel que sabe lo que ocurre con él y su entorno; lo que en un momento oportuno debe hacer o dejar de hacer, entre lo que es moralmente aceptable o inaceptable.
Hace tres días Marcelo Ebrard, presentó una queja ante la ONU, por lo que según él es: acaparamiento de vacunas de países ricos. Reclamando, que ese es el motivo de que no lleguen vacunas en número suficiente a México.
Lo que no dice Marcelo, es que esta situación es por culpa de su jefe y de él mismo. Dejaron correr los meses y sin embargo hubo gobiernos en el mundo, sin ser considerados necesariamente ricos, pero si más responsables y previsores que el mexicano; que se apuntaron primero en la lista de reparto de vacunas, tanto en la ONU, como en los contratos con empresas privadas productoras de vacunas anti-covid.
Veamos dos casos de países exitosos: Israel lleva arriba del 75% de su población vacunada. Cuando se le preguntó al ministro de salud de aquel lugar cuál era la razón de tener la mayor parte de su población vacunados, Este responde con sencillez, que desde Marzo del año pasado, cuando se registró el primer caso en su país; de inmediato se pusieron en contacto con laboratorios de Europa y Estados Unidos, que ya estaban trabajando en la elaboración de una vacuna; para firmar convenios de compra anticipada de este biológico, es decir, fueron los primeros en apuntarse en la lista ya que tienen un gobierno consciente, sensato y responsable; previniendo a tiempo con un compromiso anticipado. Antes de que les ganaran otras naciones, ellos ya estaban formados en la fila.
Otro caso de gobierno consciente y responsable, es un país de nuestra región, Chile, por haberse anticipado, les están llegando vacunas suficientes y llevan un promedio de 150, 000 personas vacunadas por día, rebasando ya el 12% del total de su población.
A finales de febrero del año pasado, se detectó el primer paciente con covid en México, al mes siguiente en marzo, le preguntan al presidente su opinión acerca de la enfermedad que se está expandiendo. Las grabaciones de su respuesta se pueden consultar en la plataforma de YouTube, respondió más o menos así: la pandemia va afectar poco al pueblo de México, ya que somos una raza resistente para las enfermedades; lo que yo recomiendo es que quienes puedan, salgan a los restaurantes, demuestren su cariño, abrazando a sus seres queridos; yo por mi parte, aunque me digan, no voy a usar cubrebocas, puesto que vivimos en un país libre.
A los mexicanos nos tocó en suerte un gobernante pazguato, por decirlo con sutileza, la libertad de que él habla, se convierte en irresponsable; ni de chiste calculó lo que se venía encima, estamos muy por debajo de otros países en el porcentaje de vacunados, el rango es de 0.5 a 0.8, ni siquiera llegamos al 1% de la población vacunada y por llegar tarde a la formación, nos aventaron a la cola en la fila. Y todavía Marcelo se pone a reclamar, cuando no hizo su trabajo a tiempo.
¿Qué dirán los familiares de los miles de muertos de esta y otras enfermedades que por omisión, insensatez e irresponsabilidad del presidente han fallecido?
El dia de ayer 20 de febrero, se cumplieron 76 años que nació una de las empresas más prósperas, emblemáticas y exitosas en el giro de la salud de todo México. Son pocas las compañías mexicanas, que le dan empleo permanente a más de 20,000 personas. Esta empresa, Laboratorios Pisa, fundada orgullosamente por un colimote radicado en Guadalajara y, por tanto es mitad jalisciense y mitad colimota; el caso es que esta gran empresa ha sido víctima de constantes represalias y revanchismo del presidente mexicano.
La escasez de medicamentos contra el cáncer, que padecen los hospitales del sistema de salud pública; es francamente responsabilidad de López Obrador, afectando a miles de niños y adultos que soportan una enfermedad tumoral.
Con el cansado pretexto de combatir la corrupción, suspendió la compra de medicamentos que fabrica Laboratorios Pisa. No contento con la perversidad de dejar a los pacientes que sufren cáncer sin el tratamiento, por no adquirir los medicamentos; ordenó a la Cofepris, clausurar las plantas de esta farmacéutica donde se producían los anticancerígenos, dejando como consecuencias un desabasto aproximado al 70% de estos fármacos; con rangos distintos en varias regiones del país. Tal parece que la consigna es golpear a la empresa mexicana.
Del extranjero no se ha logrado surtir lo suficiente para suplir lo que dejó de comprar a Pisa.
Por otro lado, no se ha hecho ninguna denuncia penal contra Laboratorios Pisa, por algún acto de corrupción. La Cofepris no encontró anormalidades en las plantas de producción, que cerró por indicación presidencial y, sin absolutamente ningún remordimiento de conciencia por la muerte de los enfermos, por falta de medicamentos. Los ciudadanos comunes, no debemos perder la capacidad de indignación ante la insensibilidad presidencial. Tenemos que difundir por donde se pueda, la canallesca actitud de López Obrador.
Gonzalo N. Santos fue un matón en tiempo de Calles, se encumbró política y económicamente a la sombra del callismo. Es autor de una autobiografía titulada: El alazán Tostado. En este libro describe que en cierta ocasión en que combatía a sus enemigos políticos, uno de sus ayudantes con cierto escrúpulo, cautelosamente le hizo notar que determinada acción hecha conscientemente era de plano inmoral, con cínica prontitud Santos le contesta: mira amigo, la moral es un árbol que da moras y sirve para dos cosas: para nada y para pura chingada.
En esa misma escala de valores, se encuentra la terca y criminal conciencia moral del presidente.