TAREA PÚBLICA

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UN DIEZ PARA CHONG            

Por: Carlos Orozco Galeana

Coincido con Carlos Alazraki por el reconocimiento que hizo la semana pasada al secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, quien no se arrugó frente a los miles de manifestantes del IPN y dialogó como buen político de altura que es. Dijo, en una de sus cartas tan conocidas,  que si esa actitud dialogante la hubiese tenido Gustavo Díaz Ordaz o Luis Echeverría, no hubiésemos tenido que lamentar tantos muertos en I968, ni tampoco   el ambiente de represión que se desató después.

Es muy triste que un país combata a los que se expresan con balas.   Quienes vivieron el 68 de cerca y participaron en las manifestaciones, comprobaron en carne propia la represión de un régimen durísimo, muy violento. Los que vivimos el 71 – 10 de junio – como yo, y que presenciamos en el lugar de los hechos esa abominación, confirmamos la ferocidad del régimen. No hubo diálogo tampoco y sí varias decenas de muertos, la mayoría jóvenes.

Osorio Chong se observó muy profesional como político. Tiene oficio y se plantó con solvencia  frente a una multitud exigente y sorteó sus demandas. Seguro que los estudiantes, aunque de momento no están conformes con los pre – acuerdos, obtendrán finalmente del Estado la respuesta por la que luchan, en primer término la autonomía para manejarse en libertad con responsabilidad, como la UNAM.

El hecho demuestra que este régimen federal procede de un PRI distinto que aprendió la lección de la alternancia. Observa la realidad, y actúa; el alto funcionario   federal, que sacó diez de calificación por la sensibilidad y oportunidad con la que atendió el asunto de los politécnicos, remarcó que la política es el ámbito de la libertad y que sin ella no es posible el ejercicio del pensamiento, el habla libre y sin coacciones. Justamente lo que necesita México.

El país se está moviendo hacia un estado de ejercicio de las libertades, que lo entiendan los sectores gubernamentales y todos los partidos políticos. Estos han de reforzarse con sangre nueva, de jóvenes con pensamiento moderno para que poco a poco desaparezcan los cavernarios que impiden la transparencia y la rectitud.    No hay nada peor en política que los jóvenes piensen y actúen como viejos. Y no hay nada peor en los políticos viejos que simulen y practiquen el autoritarismo a ultranza y se resistan al cambio con transparencia.

México ha avanzado en su vivir democrático. Hemos de pugnar todos porque la política sirva para unir a México y tener otros horizontes. Hoy es el PRI el partido en el poder, mañana estará otro, pero todos ellos tienen  la tarea de conducirse con una ética responsable.

A nuestros políticos en general, que se desvían por sus afanes propios y traicionan a las comunidades con sus actos impuros, les digo desde aquí que dejen de pensar en lo suyo y vean por los demás. Que hagan política buena, la que sirve a la comunidad y no a sus intereses personales. Esta es la única forma en que la política es útil: ejerciéndola bajo la custodia de la moral, para que oriente las actividades humanas con justicia, misericordia y respeto a la dignidad de cada quien. Esta es la verdadera política: la que cuida de los demás, no la que se usa para corromper, simular u ofender.

La política es un modo de organizar y vivir la vida en común, una práctica de la vida humana (Hanna Arendt), por lo cual todo agente gubernamental ha de poner su grano de arena para que sea una herramienta fundamental y refuerce la cohesión social.

Reconozcamos a Miguel Ángel Osorio Chong, quien hizo lo que le competía y puso el ejemplo de cómo otros funcionarios deben conducirse ante problemas similares. Pongámosle un diez por lo pronto.

Y pongámosle también un diez a aquellos servidores por su conducta recta. Se preguntará dónde están las personas que caen en este supuesto y yo les digo que están no solo en el gobierno o en las Iglesias,   sino en cada organización ciudadana, en cada representación vecinal, en cada persona que es consciente de su misión de servir y entregarse a los demás, en los que hacen a un lado su egoísmo y se deciden a ser hermanos.