SOLILOQUIO

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Carta abierta

Por: Yaret Ramos Vallett

 

C. Enrique Peña Nieto

Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

Aprovecho este espacio para escribirle y hacerle saber en nombre de muchos de mis compatriotas, lo que como ciudadanos mexicanos quisiéramos decirle en persona, porque es de frente que a mí me gusta tratar con la gente, pero como no creo que sea posible que usted me atienda personalmente, pues entonces lo hago por este medio.

Me siento realmente frustrada y con una gran impotencia al ver cómo no se han cumplido la mayoría de las promesas hechas en campaña, sobre todo aquellas que afectan directamente a mi economía, por ejemplo la que nos decía que con la Reforma Energética, que usted impulsaría, bajarían los costos de los combustibles y pagaríamos menos por la luz, que se le daría una pensión a todo adulto mayor de 60 años, que habría mayor seguridad en el país, que se lucharía en contra de la corrupción, etcétera, etcétera.

Debo reconocer que hubo algo que sí cumplió, a finales de diciembre de 2014 en un mensaje a nivel nacional dijo que en el 2015 ya no habría “gasolinazos”  y así fue, lo malo es que no nos dijo que para este 2016 nos iba a cobrar todo eso que no pagamos el año pasado. Creo que hubiera sido mejor pagar cada mes dos o tres centavos más por litro de gasolina, que ahora pagar 56 en un solo trancazo. Y eso que yo no tengo automóvil propio.

Sé que no son decisiones que tomó por su cuenta, que sus “asesores” y su gabinete están para eso, sin embargo al ser usted el líder de esta administración es el directamente responsable de todas las medidas, iniciativas y reformas que se hagan durante su gestión y de las consecuencias que éstas tengan en las vidas de los ciudadanos.

Sus subordinados dicen que estas alzas (gasolinas, diésel y energía eléctrica) no deberían afectar a ningún producto, pero señor Presidente sabemos que eso siempre es así, en cuanto hay un incremento a los combustibles, todo lo demás sube de precio.

Soy asalariada, no tengo casa propia, no tengo automóvil (como he dicho más arriba), tengo un hijo adolescente que mantener y una madre mayor de 60 años que tiene una mísera pensión por viudez, a la que no puedo ayudar económicamente porque mi sueldo no es suficiente para los tres. ¿Cómo hago yo para sobrevivir con el sueldo que percibo si cada vez me alcanza menos? ¿Tengo que seguir viviendo de las tarjetas de crédito? ¿Tengo que seguir pidiendo prestado? Es lo que he tenido que hacer en los últimos meses. Y eso que yo tengo una profesión ¿Qué será de la gente que no tiene un título universitario?

Lo que más me frustra es la falta de ética y la desfachatez de políticos, de funcionarios de gobierno de todos los niveles: municipal, estatal y federal, así como de diputados locales y federales y senadores al percibir salarios altísimos que los ciudadanos les pagamos, con los que se dan vidas de lujo y a los que no les afecta para nada el alza de precios.

Mientras que el resto de la población se pregunta ¿pago la luz de mi casa o guardo para mis transportes? Usted y sus empleados viajan en primera clase, comen como reyes, envían a sus hijos a escuelas privadas, incluso fuera del país, visten ropa de diseñador.

Póngase en mi lugar un momento, en el lugar de la mayoría de mexicanos que conforme pasa su administración nos sentimos más decepcionados, frustrados, impotentes y furiosos no sólo al ver que no ha cumplido la mayoría de las promesas que lo llevaron al puesto que tiene, sino que cada vez se nota más la desigualdad social: los ricos son más ricos y los pobres más pobres.

Espero que esta carta pase todos los filtros que el staff de comunicación de presidencia tiene y pueda llegar hasta sus manos. Mientras tanto quedo en espera de la retroalimentación.