Riva Palacio, clave para restablecer las relaciones intelectuales y políticas entre México y España: Ramírez Vuelvas

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Redacción|COLIMANOTICIAS

Colima, Col.- La vida diplomática del escritor mexicano Vicente Riva Palacio en España fue pieza fundamental para establecer relaciones entre políticos e intelectuales en aquel país; sin embargo, de acuerdo con los documentos analizados por el profesor-investigador Carlos Ramírez Vuelvas, su vida fue tan romántica como lo señalan algunos textos.

De acuerdo Ramírez Vuelvas, el período de Vicente Riva Palacio es interesante por las redes intelectuales que teje, las cuales abrirán espacios para otros escritores.

Carlos Ramírez dictó la conferencia “Últimas noticias de Riva palacio en Madrid”, como parte de la octava jornada de difusión del Cuerpo Académico 67, Sociedad, Cultura y Significación, de la Facultad de Letras y Comunicación (Falcom) de la Universidad de Colima. Esto en la Casa del Archivo.

“Antes de Riva Palacio –comentó Carlos Ramírez– había muy pocos escritores en la relación diplomática entre México y España después de la consumación de independencia en 1824; además, la relación era muy inestable”.

Ramírez Vuelvas, quien se ha dedicado a indagar en las relaciones que establecieron escritores mexicanos con españoles a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, dijo que el hecho de que Porfirio Díaz enviara a Vicente Riva Palacio a España, no se dio porque era incómodo para el entonces presidente, sino como una forma de retiro para el escritor, pues pertenecía a su élite política.

“Digo esto porque en mi trabajo del doctorado, revisando los archivos de la labor diplomática de Riva Palacio, vi que tenía un sueldo muy bueno; vivía en el barrio de los ricos, en un palacio, donde actualmente está la casa Américas; pensar que era incómodo para el régimen, bajo esas condiciones, no lo creo”.

“Creo –agregó– que en algún momento Díaz debió haberle preguntado que si de verdad quería contender por la presidencia, a lo que seguramente Riva Palacio, con su experiencia al haber conocido Francia e Italia debió responder: ‘¿por qué no me mandas como un retiro, con un buen sueldo, a representar al país de manera digna, a darle continuidad al trabajo de Ramón Corona; voy y hago trabajo de relaciones exteriores a Europa’”.

Un argumento más para romper con esa idea romántica que se tiene del escritor y político es, de acuerdo con el académico universitario, que a su llegada es apoyado por los grupos masónicos; “eso está muy claro, porque en ese momento en España están presionando mucho a la monarquía para que sea más liberal, entonces, cuando llega se instala muy rápido en esos centros. La prensa, en su mayoría progresista, es una prensa liberal de corte masónico, de la que Riva Palacio inmediatamente se vuelve colaborador.”

Con lo anterior, es claro que el diplomático iba a ir a instalarse a un ambiente propicio para él; sin embargo, le costó trabajo entrar a la Real Academia; “el trato de Meléndez Pelayo y Riva Palacio es muy frío, eso lo vemos en algunas cartas, pero finalmente éste le permite entrar y le pide nombres de intelectuales mexicanos para que se incorporen. En ese momento se está formalizando la Real Academia Mexicana de la Lengua, así como el Ateneo de Ciencias”.

La principal función del mexicano en España era restaurar las relaciones diplomáticas, y al mismo tiempo que establece relaciones internacionales, va dando idea de cómo quiere que se interprete la nacionalidad mexicana y sus colaboraciones en la prensa son muy relevantes. En ese momento se acuñan términos como Iberoamérica.

Su presencia también influyó, dijo el director de la Falcom, cuando Estados Unidos quería terminar de invadir México; “él cambia el discurso y les dice a los españoles que México necesita de su apoyo porque somos la última frontera del español y nos hermana la lengua. Esta acción logra que la opinión de los liberales, a pesar de que tienen una buena idea del proyecto liberal de Estados Unidos, defiendan la autonomía de México”.

Por último, Carlos Ramírez dijo que Riva Palacio fue un intelectual consagrado y respetado en Madrid, y que lejos de la idea romántica que se tiene de él, encontró en su investigación que el escritor mexicano era muy proclive a hacer fiestas en su castillo, así como a llevarle serenatas a la reina Cristina.