Más Quejas Contra la PEP; Agentes Humillan a 5 Jóvenes en los Separos

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    Este jueves al mediodía, los cinco agraviados se presentaron ante la CEDH a denunciar lo que consideran un acto de prepotencia y violación a las garantías constitucionales. “Nuestro delito fue estar en el lugar equivocado. Nos reunimos a conversar seguido en el mismo lugar y el miércoles después de las doce se fueron unos amigos mayores que nosotros que estaban tomando cerveza de bote y les dijimos que dejaran ahí los botes porque nosotros los juntamos para venderlos, pues yo vivo a escasos 5 metros de donde nos encontrábamos, cuando de pronto vemos llegar a gente de negro coriendo, apuntándonos con armas largas y diciéndonos <ya valieron v….putos>, <se los llevó la chingada cabrones> y sin darnos tiempo a nada nos pusieron los rifles en la cabeza. Nosotros creímos que nos iban a secuestrar porque llegaron a pie y corriendo”.

    “Prácticamente fue una redada, por un momento nos sentimos tratados como criminales peligrosos, como narcos o sicarios por el trato que recibimos, porque los policías se portaron como barbajanes y prepotentes. Además, nosotros creímos que nos iban a secuestrar por la forma en que llegaron, vestidos de negro y encapuchados, como los que cometen los asesinatos, sin identificarse y apuntándonos con sus armas, con el dedo en el gatillo,  apuntándonos a la cabeza”.

    “Después de subirnos a jalones a la patrulla No. 0092 de la Policía Estatal Preventiva (PEP), nos metieron a una celda y nos quitaron todas las partencias, incluidos celulares y dinero. Alrededor de las 02:30 horas nos sacaron uno por uno y nos tomaron los datos, luego nos metieron a la misma celda apestosa a orines y excremento. Después nos volvieron a sacar a tomarnos fotos y huellas digitales. Nos colocaron un número en el pecho como lo hacen con los criminales, cuando nosotros ni cerveza habíamos ingerido y estábamos ahí por capricho del sujeto del auto Jetta que nos denunció de que estábamos ebrios y escandalizábamos”.

    “Luego se metió a la celda un policía encapuchado quien en forma grosera y altanero nos jaló uno por uno a la esquina del cuarto para obligarnos a que nos quitáramos la ropa y desnudos a que hiciéramos cinco sentadillas. Se notaba la felicidad que le daba al policía el poder humillarnos de esa forma, viéndonos desnudos haciendo sentadillas; gritándonos “haz bien las sentadillas cabrón”; y nosotros siempre de una actitud pacífica, nos limitábamos solamente a obedecerlo en forma impotente porque estaba armado; aun sabiendo que estaban siendo violados nuestros derechos como ciudadanos, pero debido a la actitud tan agresiva y prepotente de los agentes, pues ninguno dudaba que alguno de ellos reaccionara contra nosotros con un acto de violencia y nos diera un balazo o nos golpeara con la pistola, pues ya habíamos visto sangre en la camioneta en donde nos llevaron detenido”.

    “De ahí nos pasaron uno a uno con el doctor, un tipo igual o peor que los gorilas que nos detuvieron, el cual se portó prepotente y grosero, nos pidió que nos quitáramos la camisa, que le enseñáramos las rodillas arremangándonos los pantalones, nos preguntó si traíamos golpes, y el cual en ningún momento nos aplicó una prueba de alcoholímetro ya que ninguno de nosotros se encontraba en estado de ebriedad y mucho menos drogado. Cabe mencionar que siempre se trató de dialogar con el diferente personal que se encontraba en turno,  mas cada vez que uno preguntara algo, pedíamos que se nos informara el motivo de nuestra detención, o exigiéramos una llamada telefónica, un encapuchado llegaba y te callaba a gritos; pareciera que existe una mafia dentro de la PEP”.

    “El motivo que alegaron ellos es que fuimos detenidos por ebrios y escandalosos; eso lo supimos cuando nos obligaron a pagar una multa. Resulta una incoherencia, ya que en ningún momento nos aplicaron el alcoholímetro, ni nos preguntaron sobre nuestro estado de ebriedad, nada de eso, porque andábamos coherentes, sin ningún síntoma de estar ebrios o escandalosos, Nos trataron como criminales, no digo como narcotraficantes porque a esos si respetan, nos trataron como a criminales de bajo nivel, rateros, drogadictos, etc., nos sentimos ofendidos, denigrados en nuestra persona, todos somos gente estudiante, trabajadora, nadie anda en malos pasos”.

    “Como a las 4 y media de la madrugada, después de que nunca se nos permitió llamar a nuestras casas,  nos llevaron a los separos ubicados a un lado de tránsito, donde nos metieron a una celda y después un joven muy amable nos indico que era una falta administrativa, que no nos preocupáramos, que tendríamos que pagar una multa de 150 pesos cada uno para poder salir y así lo hicimos, pagamos una multa que no debimos, pero queríamos salir de ese infierno”.

    No nos explicamos porqué son así los policías que nos deben de proteger,  que abusen de su poder, que sean prepotentes y se sientan intocables porque andan encapuchados y dispuestos a violar la ley”.

    “Hacemos un llamado a las autoridades, al director de la PEP Héctor Bautista Vázquez a que frene este tipo de agresiones a los ciudadanos tranquilos y que sus métodos de sometimiento, abuso de autoridad, prepotencia y todo lo demás lo usen con los criminales y no con los estudiantes que el día de mañana veremos a la policía como nuestros enemigos, porque así lo demostraron unos cuantos malos elementos que tiene la PEP”.

    “Lo que pedimos es que se limpien nuestros nombres porque nos ficharon como viles criminales y nos regresen el dinero de la multa porque no estábamos borrachos ni tomamos alcohol o cerveza; nunca se usó el alcoholímetro tal como lo pusieron en las boletas de infracción. Además, nos mantuvieron incomunicados porque nos quitaron los celulares y no nos dejaron hablar a nuestras casas por espacio de tres horas y media, lo que consideramos constituye un delito grave, además de que en la camioneta en donde nos subieron estaba llena de sangre, quizás de otras personas que fueron golpeadas anteriormente por los policías encapuchados, por lo que nosotros seguimos al pie de la letra lo que los agentes nos indicaron, pues temíamos que nos pasara lo mismo y nos golpearan hasta sangrar”.