MERCANTILISMO POLÍTICO (Cinismo, componente satánico de la política)

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Estamos a unos  meses de la  efervescencia electoral  y a medida que nos aproximamos a las definiciones – candidaturas  presenciamos la lucha de los políticos por situarse en posición ventajosa para ampliar sus posibilidades de competir y ganar.  Unos van y vienen por todo Colima en una precampaña no tan invisible.

Veremos pues cosas  no tan inverosímiles como alianzas entre formaciones ideológicas distintas, contrapuestas, porque en estos tiempos   no importan principios o códigos éticos. Hoy la gente vive escéptica de quienes se ofrecen como servidores públicos porque  en realidad se anda en busca de poder para satisfacer ambiciones particulares que permanecen ocultas al inicio de actividades. Se sabe que la política puede enriquecerlos en un golpe de suerte. En el cúmulo de  aspirantes, ciertamente, no faltarán los que deberían estar pagando cuentas pendientes y, sin embargo, andan  apuntándose a ver qué más sacan. El cinismo es un componente satánico de la política.

Ubicaremos, o quizás ya lo estemos haciendo algunos,  a políticos bien portados, que se presentarán como excelentes padres, esposos, hermanos o hijos; harán circo maroma y teatro para que la gente se convenza de cualidades inexistentes pero que aparecen en  la publicidad como signo de  confianza de un discurso que no es más que una esperanza fallida de antemano. El poder ha perdido el respeto a los ciudadanos y a la democracia.  Colima ofrece,  actualmente,  un ejemplo muy claro de lo que escribo.

El acontecimiento que nos permite hablar de mercadeo en su más cruda expresión lo ofreció precisamente la controvertida exdirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnski, quien abrió las puertas de su partido a políticos opuestos al suyo, adversarios de antes, en los estados de Hidalgo y Nuevo León, y quienes se apuntan a pelear hasta por la gubernatura de la segunda de esas entidades. Dada su sustitución, no se sabe que pase con esta apertura.

Esa inauguración morenista está resultando  una esperanza fundada para los partidos que fueron barridos en la elección pasada, principalmente para el Pri cuyo dirigente nacional se ha portado más que bien con el que despacha en Palacio Nacional. Tratos son tratos. Con base en tal convocatoria, comienzan los apresuramientos de políticos que buscarán  ganarse la simpatía de los dirigentes morenistas y del propio Amlo, al que se le cansará la mano en palomear candidaturas.

Para Colima significa una gran oportunidad para políticos que si bien no son cercanos a Morena, si poseen capital político para ganarse un espacio y competir dignamente. Sobre todo cuando esa asociación es vícdtima de la incertidumbre por las divisiones existentes entre quienes se sienten con derecho de disputar las posiciones más altas en el 2021.

Pero también esa apertura significaría la cancelación de oportunidades para morenistas, que serían repartidas entre otros partidos aliancistas como el PT y el Verde, que históricamente han sabido acomodarse  con los ganadores. Es aquí cuando crecen las posibilidades de que alguno de los dirigentes de estos dos partidos (Virgilio Mendoza o Joel Padilla), puedan ganar la candidatura de Morena a la gubernatura ( más posibilidades para el primero que para el segundo) si llegada la hora de decidir su aceptación fuera tal que rebasara incluso a los mejor situados en la escala de Morena, como a Indira Vizcaino que goza de aceptación estatal a pesar de varios escándalos de los cuales uno podría tener repercusiones para ella ( Caso Altozano). Ella es la rival a vencer, reconocen sus competidores.

Esto último pudiera ocurrir ( la declinación de Morena por la candidatura a la gubernatura a favor del Verde, cuyo más alto interesado viene trabajando duro ampliando negociaciones con los círculos de poder y generando expectativas de que sí la puede hacer  )   si a nivel nacional ambos partidos fortalecen su peso específico en las cámaras  donde cuentan sus votos para garantizar la operación de la 4T y la consecuente aprobación de reformas indispensables  para el presidente. Al final de cuentas, puede pensarse, qué tanto pesa Colima en el escenario nacional. Prácticamente nada.

El chapulinismo está pues garantizado a nivel nacional y estatal. Habrá, ya hay,  éxodo de partidos derrotados o venidos a menos hacia Morena ( el más fuerte y el que garantizaría más opciones de ganar algo) o hacia aquellas formaciones políticas que garanticen a los interesados   sobrevivir en el mundo político en cualesquiera  posición. Aunque sea en el estribo, pero arriba del autobús.

De cualquier modo, la madurez ciudadana permitirá ubicar perfectamente a los bichos saltarines y dará su veredicto inapelable en las urnas con base en los antecedentes que cada quien posea.

Lo cierto es que estaremos en riesgo nuevamente en la elección venidera si no aguzamos nuestros sentidos y reflexionamos en que nuestro voto tiene que ser a favor de quienes ofrezcan honestidad, trabajo, certidumbre, justicia, armonía y paz.  No debemos equivocarnos. . . .  como otras veces.