LOS CANDIDATOS Y SUS VERBOS EN FUTURO

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AL DESNUDO

Por: Édgar Rodríguez H.

Lucrar con la pobreza ha resultado de mucho beneficio para quienes aspiran a un puesto de elección popular. En cada elección, lo políticos centran sus baterías en quienes menos tienen, en quien no cuenta con un trabajo, en quien no tiene recursos para estudiar, en quien gana poco, en quien en muchas ocasiones no cuenta con los recursos suficientes para llevar los alimentos a casa, en quien no tiene acceso a la salud, etcétera.

Para lo políticos prometer y no cumplir es fácil. Elección tras elección sus verbos favoritos son “gestionaré, traeré, promoveré, cumpliré, impulsaré, haré, llevaré, conseguiré, financiaré, erradicaré, apoyaré sólo por mencionar algunos (promesas) que, por supuesto, pocas veces o nunca hacen realidad, ya sea porque no les interesa o simplemente porque no hay dinero que alcance para satisfacer las necesidades de quienes viven en pobreza y que de acuerdo con un estudio del Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) de 2016, son poco más de 66 millones de personas en el país. Aquí se incluyen las personas ubicadas en pobreza y pobreza extrema.

Es por eso que cuando logran alcanzar su objetivo, los políticos simplemente entregan migajas en el mejor de los casos, generando la desilusión entre la población que votó por ellos con la esperanza de resolver sus necesidades básicas en un futuro. Elección tras elección es lo mismo, los candidatos no dejan de prometer aún y cuando saben que ya son menos los ilusos, sobre todo en entidades en donde la pobreza no es tan lacerante.

En Colima también hay pobreza y por lo tanto también políticos que no dejan de prometer a quienes aún se dejan engañar, basta leer las notas informativas que a diario aparecen en diferentes medios de comunicación para percatarse de cuáles son los candidatos que más prometen sin decir cómo lograrán atraer los recursos para los necesitados.

Los candidatos, se puede apreciar, durante las campañas, no tienen la intención de terminar con los engaños, cuando van y piden el voto y logran cargos públicos, se olvidan de la gente que los apoyó, simplemente la historia se repite.

En las giras de campaña, por el distrito que buscan ganar, los aspirantes a un puesto de elección federal, sobre todo para el legislativo, utilizan la misma prosa política, los verbos en futuro abundan, los candidatos, como si todo lo pudieran, prometen y prometen cosas que están fuera de su alcance y sus capacidades por ser competencia del poder ejecutivo.

Los aspirantes a un escaño federal, es mucho lo que prometen y son pocas las propuestas concretas de acuerdo al cargo al que aspiran en orden de aportar soluciones con un sentido de corresponsabilidad, a problemas reales como la impunidad, la corrupción, la pobreza y la desigualdad social, la inseguridad y la violencia.

El próximo primero de julio, las y los colimenses están en posibilidad de elegir libremente, además de otros cargos, a sus legisladores federales, a quienes seguramente valorarán con base en las propuestas reales de campaña y no en el engaño.

Se dice qué…

*La mayoría de los candidatos colimenses a un puesto legislativo en el ámbito federal han prometido y lo siguen haciendo, traer recursos a la entidad para solucionar los problemas económicos que aquejan a la gente, de ahí que la pregunta que surge es: ¿Cuántos millones de pesos requerirían y de dónde los van a sacar? Prometen y prometen, pero para empezar ni siquiera cuentan un plan de gastó público.

* En lo que les resta de campaña, los políticos colimenses que aspiran a un puesto de elección popular aumentarán sus promesas, la mayoría inviables.