LA UTEM, MOVIMIENTO ESTUDIANTIL SIN BRÚJULA

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Percibo una falta de brújula que dirija la manifestación de los estudiantes de la Universidad Tecnológica de Manzanillo (UTEM). La verdad, los fundamentos que muestran los poco más de 30 jóvenes que no representan más allá del 3% de la población estudiantil, en las mesas de discusión que recientemente se ventiló a los medios, no reproducen las inquietudes y necesidades de los poco más de mil 300 estudiantes, tampoco determinan las líneas de acción de su movimiento, no existe un pliego petitorio coherente, de hecho no lo hay; algunos alumnos argumentan que una de sus mamás tiene un video en su celular en donde demuestra las prepotencias del rector; sin embargo, esa “prueba” nunca ha sido mostrada ante las autoridades como una evidencia contundente. Otros manifiestan malos tratos, pero no definen cuáles son; algunos más hablan de los temas laborales del profesorado, situación completamente ajena a los estudiantes, y los más atrevidos han osado cuestionar la calidad de algunos catedráticos.

Por eso digo que no hay brújula, más bien existe una voz que les habla al oído y se esconde para no ser visible, pero va marcando desatinadamente las participaciones de los jóvenes al punto de enfrentarlos contra la misma autoridad.

No debemos ser científicos para darnos cuenta que los jóvenes están siendo manipulados por gente con mayor pericia que ellos, aquélla que los utiliza como carne de cañón, como reflector, puesto que semanas antes había protestas de algunos maestros de la UTEM que resultaron intrascendentes; por eso al fallar su Plan A, pusieron de inmediato en marcha el Plan B, el cual deja al descubierto una directriz que no ha sido bien interpretada por los jóvenes y que los lleva a cerrar la Universidad al grado de pasar por alto el derecho de más de mil estudiantes, que se encuentran desconcertados, temerosos y en algunos casos molestos por no estar acudiendo a clases.

Y es que los poco más de 30 estudiantes no entienden algo muy básico: Para Manzanillo, la UTEM representa la oportunidad más importante para aquéllos que no tuvieron la oportunidad de ingresar a alguna de las carreras de la Universidad de Colima, debido a que su sostenimiento era incosteable para sus padres. La UTEM representa el abanico de oportunidades para más de mil jóvenes de profesionalizarse o concluir una licenciatura que más que un grado de estudios, les da la oportunidad de insertarse en el mercado laboral de su región, porque hay que señalar algo muy importante: Las Universidades Tecnológicas similares a la UTEM responden al 100% a las necesidades de su entorno, para eso fueron diseñadas, para albergar a miles de estudiantes con un potencial intelectual que pueda no solamente formar líderes, sino seres autónomos, emprendedores, capaces de diseñar su propio esquema de productividad y proyección.

Los alumnos que piden todos los días regresar a clases provienen en su mayoría de familias en donde mamá y papá trabajan, en algunos casos, son hijos de una madre soltera y ven en esta Casa de Estudios la oportunidad de que sus hijos se preparen y trasciendan en la vida, oportunidades que para muchos de ellos nunca estuvieron al alcance de su mano.

Soy respetuosa de las manifestaciones pero de aquéllas que son auténticas, de aquéllas que no son dirigidas a control remoto, de aquéllas que buscan un bien común para todos los integrantes de una comunidad estudiantil, de aquéllas que son el resultado de un consenso responsable con todos los integrantes de una comunidad educativa y que priorizan siempre las necesidades de sus iguales.

Los jóvenes que lideran este movimiento necesitan hacer una consulta a sus compañeros y en un acto responsable el presidente de la Sociedad de Alumnos debe respetar lo que la mayoría decida. Se debe convocar a una reunión extraordinaria en donde todo el estudiantado vote a favor de lo que quieren para su Universidad, dentro de su margen de competencia; es decir, temas relacionados con los derechos humanos, con los nuevos programas, con las becas estudiantiles, con los intercambios de universidad a universidad, aquéllos relacionados con el trato digno de los choferes de transporte urbano a los estudiantes, también los que promueven la vinculación de carreras, no menos importantes los que promueven la salud y el deporte, la inclusión y la no discriminación.

Ha llegado el momento en que los estudiantes de la UTEM se corten los hilos del cuerpo y a través de procesos democráticos decidan qué es lo que les conviene a todos, porque el responder a los caprichos de unos cuantos no sólo mutilará su liderazgo, sino que además arrancará de un solo movimiento la capacidad de elegir; ese verbo, esa acción que marca la diferencia entre un estudiante bachiller y un universitario que está listo no sólo a trascender en la sociedad, además posee los elementos suficientes para afrontar retos y cumplir metas, entendiendo un principio básico “mi derecho de manifestarme y parar clases termina, donde inicia el de mi compañero o la mayoría de mis compañeros en acudir a clases todos los días”.

Que nadie se confunda, Tlatelolco fue el movimiento que hoy permite sean respetados los derechos de los estudiantes, procuremos todos, alumnos, maestros, padres de familia y sociedad, que un derecho jamás se corrompa, jamás se malinterprete como sucede con algunos alumnos de la UTEM “que creen es permisible violar la ley y los derechos de otros”.