INFIDELIDAD EN LAS RELACIONES DE PAREJA

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Por: Ruth Holtz *

La infidelidad es la ruptura de un compromiso, el de ser solamente el uno para el otro. Las causas son múltiples, que pueden ir desde una incapacidad del infiel de dominar su instinto sexual, hasta una decidida intención de destruir el vínculo con su pareja por venganza, rencor, insatisfacción no manifestada ni negociada o incluso el caer en un juego inconsciente para “ser como papá” o  triunfar en un juego inconsciente generado en nuestra infancia. La víctima de la infidelidad es también de cierta forma cómplice, pues por lo pronto no ha actuado para dar solución a los problemas que se presentaban en la relación que eran señales de alarma antes de la infidelidad. Se da el caso que desde el principio ya uno de los cónyuges es infiel de por sí, pero entonces el problema estriba en que así se aceptó a la persona y no se pensó que es equivocado pensar que “cuando se case conmigo va a cambiar”. Sean como sean las cosas, de todos modos hay una cierta complicidad que si la víctima descubre puede romper y evitar “seguir el juego”. Claro, ello implica quizá la ruptura de la relación si el otro no está dispuesto a cumplir el compromiso.

Ahora bien, lo importante es que la infidelidad puede ser una manifestación de que algo está mal en la relación o en cada uno de los miembros de la pareja. Ya no se desean, ya no se aman, ya tienen ciertos resentimientos a los que buscaron solución por medio de la venganza o de la huida en otro. Es indispensable que si hay amor y la pareja quiere realmente mantenerse unida, solucionen el problema no sólo hablando sino profundizando en sus sentimientos más inconscientes y decidiendo  verdaderamente lo que quieren y comprometerse realmente consigo mismos y con el otro.

Mucho se ha dicho acerca de si el ser humano es o no monógamo, que quizá la tendencia del sexo sea a buscar la variedad. Hasta ahora mi experiencia como psicoterapeuta, así como el enfoque de la terapia psicocorporal que manejo, me han permitido dilucidar que una persona es infiel porque no ha logrado la satisfacción sexual y la comprensión que necesita, pero que tampoco ha podido ofrecerla. El trabajo consigo mismo será lo que le permitirá hacer una vida más honesta tanto consigo mismo como con su pareja. La pregunta que tendría que hacerse un infiel es: ¿por fin con quién quiero estar de forma definitiva, renunciando a toda otra opción? Además de que es importante reconocer que la manera en que nos relacionemos va a afectar a los hijos si los hay o si los llegamos a tener. Amar en exclusividad es un logro que implica poder aceptar que las personas “no son bocadillos que se toman o se dejan según se nos antojen”, sino seres con sentimientos, sueños y que desean ser protegidas, integradas y amadas por siempre, si es posible. Aún en grupos humanos que aceptan la poligamia hay celos y confrontaciones “entre las esposas” por el marido o recelo entre hombres en matriarcado con varios esposos. El ser humano quiere la exclusividad, el amor más profundo sólo se puede dar a uno, y cuando estás realmente enamorado no existe nadie más. El amor así exige que sigamos en nuestra decisión después que pasa este encantamiento del enamoramiento en un plan en el que la persona puede dar soporte y cobertura a un hogar, a una familia y a ellos mismos y su necesidad de ser amados y protegidos.

* Mtra. Ruth Holtz, Terapeuta psicocorporal, Analista bioenergética, Psicoterapeuta psicoanalítica. Orientadora cristiana. Informes y citas, días y horas hábiles a los tels. 3 30 72 54/044312 154 1940

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