PARACAÍDAS
Por: Rogelio Guedea
Pasada la etapa de la batalla electoral, que por antonomasia es un momento de pugna política en el que varios contendientes buscan imponer su proyecto político, lo que sigue es la etapa de la construcción de un proyecto de Estado. No vale perpetuar las animadversiones propias de la campañas políticas ni establecer una lucha permanente transelectoral más allá de ellas pues esto destruiría la función esencial del Estado y finalmente iría en detrimento del bienestar de la sociedad. Por eso, pese a quienes lo han advertido de una manera distinta, Indira Vizcaíno ha acertado en asumir una actitud conciliadora y constructiva (así sea con grupos o nichos sociales y políticos tan dispares que hasta han causado polémica) desde el momento en que recibió su constancia de mayoría en las pasadas elecciones y esta actitud no parece significar (según se puede leer en los entretelones de los mensajes que comunica a diario) una traición a los propios ideales que la llevaron a ganar las elecciones. Al menos eso no lo parece hasta este momento y esperemos que no lo sea así. En virtud de lo anterior, llama mucho la atención el hecho (plausible, por lo demás) de que haya estado en la Universidad de Colima y sostenido un encuentro con el rector Christian Torres Ortiz, no sólo porque con ello despeja toda duda sobre cómo busca que sea la relación entre su gobierno y nuestra máxima casa de estudios (ella mismo lo dijo: “eficientar el respaldo del gobierno hacia la universidad”), sino, sobre todo, porque (ella también lo dijo) sabe lo crucial que es la labor universitaria (científica y tecnológica, educativa en general) para la búsqueda de soluciones a los grandes retos que enfrenta Colima en rubros tan sensibles como la seguridad, la salud y la educación misma. Que entre las convicciones de la futura gobernadora del Estado esté saber todo lo que puede hacer una universidad para el bienestar social de una sociedad es una buena señal, y más si ésta se empata con la disposición mostrada por el propio rector Torres Ortiz Zermeño, quien de igual modo ratificó la voluntad de que la institución colabore estrechamente con el próximo gobierno. Como muchos ya saben, porque ha estado en los reflectores internacionales, Nueva Zelanda es el país que mejor ha manejado la pandemia de Covid en el mundo. Si bien se sabe que es un país sin pandemia desde hace ya más de un año, lo que poco se sabe es que el éxito del gobierno neozelandés en el control de la emergencia sanitaria se debió a que su estrategia para combatir la pandemia fue elaborada por un equipo de epidemiólogos neozelandeses liderados por el profesor Michael Baker, de la Universidad de Otago, quien le dio las directrices al gobierno sobre lo que tenía que hacer (medidas drásticas, pero eficientes) no para aplanar la curva de la pandemia sino para eliminar el virus de la comunidad, como se hizo. Cada decisión tomada por el gobierno neozelandés se apoyó previamente en el conocimiento científico proveído por este grupo de epidemiólogos, y eso ayudó a salvar miles de vidas e incluso a que no colapsara el sistema de salud, como en otros países. Esta es, finalmente, la verdadera labor del conocimiento científico y la función más prominente de una institución educativa, como la Universidad de Colima, por eso se ha visto con beneplácito que la próxima gobernadora haya ratificado públicamente el valor de nuestra casa de estudios y el rector Christian Torres Ortiz haya a su vez mostrado toda la disposición para que en trabajo conjunto universidad-gobierno se pueda trabajar por el bien de la sociedad de Colima. La propia Indira Vizcaíno reconoció de antemano la colaboración de nuestra máxima casa de estudios con el gobierno federal y estatal para los periodos de vacunación contra el Covid en la entidad, de manera que también es de reconocérsele que, como institución en sí misma, la respuesta que dio nuestra casa de estudios al Covid ha sido ejemplar pues ha puesto por encima de todo la salud de toda la comunidad universitaria. La transición hacia un nuevo gobierno no es fácil, y la formación de un equipo competente de trabajo tampoco lo es, por eso es importante que la próxima gobernadora siga tomando decisiones correctas ya no como mujer política afiliada a un instituto político determinado sino como enteramente una mujer de Estado, capaz de crear los consensos necesarios para afrontar los retos propios de una gobernanza eficaz y eficiente. Tener conciencia de esto cambiará una actitud de mera contención política a otra de verdadero ejercicio del poder (con todo lo que este toma de decisiones implica) en beneficio del bien común. Por lo pronto, insisto, un mensaje halagüeño es el que envía esta propositiva reunión entre la próxima gobernadora del Estado, Indira Vizcaíno, y el rector de nuestra máxima casa de estudios, Christian Torres Ortiz.