HOY ES DOMINGO DE LA VIDA

0

Por José Díaz Madrigal

En una de las colonias limítrofes entre Colima y Villa de Álvarez, por una calle transitada, existe desde hace tiempo un altar a la santa muerte. Éste tiene el tamaño de una pequeña Capilla. Hasta ese lugar llega algunas gentes de distintos rumbos, para llevar ofrendas a la característica imagen, ataviada de capucha, cara con huesuda calavera y en su diestra la filosa guadaña degolladora.De entre las personas que acuden, unos se dicen Católicos; creando una especie de sincretismo folclórico, tratando de armonizar erróneamente pensamientos o ideas opuestas.Venerar a la Santa Muerte es contrario a la Fe Católica. En el último libro del Antiguo Testamento, La Sabiduría, menciona en el primer capítulo: Dios no hizo la muerte y no le gusta que se pierdan los vivos. Más adelante en el versículo 23 del segundo capítulo dice: Dios creó al hombre para la inmortalidad y, lo hizo a imagen de su propio Ser; pero la muerte entró en el mundo por envidia del diablo. Quien si es autor de la muerte es el demonio. La muerte es el peor enemigo de Dios y de los hombres.Las imágenes de la muerte representan las obras del demonio. Por tanto, los que adoran figuras de calaveras o la misma muerte con su guadaña afilada, Adoran al demonio. La Iglesia Católica nunca ha aprobado su culto. Adorar la muerte es idolatría, lo penoso es que muchas personas lo hacen por ignorancia. Son engañadas y se alejan de Dios.Quienes rinden culto a la santa muerte, con altares, flores o veladoras; en ocasiones reciben amenazas por sí no cumplen o se arrepienten de adorarla, entonces ésta tomará venganza de ellos, atormentando con sufrimiento. Las estatuas calavereadas de la muerte, representan al demonio, por lo que se concluye que éste culto es puro satanismo.El día de hoy es Domingo de resurrección y festejamos al Señor de la vida, a Jesucristo resucitado. Recordamos el regreso de Jesús al mundo de los vivos, después de padecer una cruel y lenta muerte clavado en una Cruz. Cristo triunfó de la muerte, y nosotros estamos absolutamente seguros de que unidos a Él, vamos a resucitar para la vida eterna.Del mismo modo, estamos seguros de que en nuestra vida, cada una de las dolorosas estaciones de nuestro Viacrucis pequeño; al igual que nuestra propia muerte, tiene un sentido y valor para el camino de la eternidad. La vida sólo tiene sentido en el amor y en el servicio. La mayoría de los problemas psicológicos, es cuando se pierde el sentido de la existencia.Dios da la vida, la conserva, la aumenta. Porque es Dios vivo y de vivos. La vida como don Divino, es el bien supremo que tenemos; ahora bien, sí la vida es el don supremo, en la era futura -como Cristo- triunfará sobre la muerte, de ese modo lo afirma el profeta Isaías en el capítulo 25: El Señor destruirá para siempre la muerte.La vida no se entiende en el sólo hecho de vivir por vivir, de ocupar un lugar sin utilidad. Monseñor Crispín Ojeda, en una de sus clases decía: vivir sólo para la salud, no es el objetivo principal de la vida; hay que vivir dando frutos siendo útil al prójimo. El prójimo es aquel que necesita que le echemos una mano.Para la salud del Alma de nuestro pueblo, debemos dejar atrás la cultura de idolatrar a la muerte. Todos necesitamos a Jesús vivo, a nuestro Señor resucitado. El que está en realidad presente en medio de la comunidad cuando dijo: La paz esté con ustedes. El saludo con que se inician las celebraciones desde la antigüedad, puesto que es el saludo del Señor vuelto a la vida y que al principio los discípulos creían ver un fantasma, hasta que el Señor los invita a tocarlo,  convenciéndose que es de carne y hueso, no fantasma; dando con ésto un significado de una presencia de vida, real y efectiva.DELANTE DEL HOMBRE ESTÁN LA MUERTE Y LA VIDA; LE SERÁ DADO LO QUE ÉL ESCOJA.    Siráside 15,16