Hemos tratado a los animales como los nazis a los judíos: Aimé Tapia

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Redacción| COLIMANOTICIAS

Colima, Col.- Las académicas Aimé Tapia, Ana Luz Quintanilla y Nancy Molina coincidieron en que la violencia contra los animales inicia dentro de la familia a partir del binarismo social hombre/mujer, en el que el primero de los elementos busca la primacía y esto repercute en la cadena social.

Esto lo señalaron en el panel multidisciplinario “La violencia contra los animales y su relación con los seres humanos”, en el marco del Foro Académico de Bienestar Animal organizado por la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima.

Para las investigadoras, los animales padecen de una violencia sistémica por parte de los seres humanos, la cual inicia cuando, en la familia, el padre agrede a la madre; luego ésta se desquita con sus hijos, quienes a su vez buscan otra víctima: los animales.

El problema, dijo la psicóloga Nancy Molina, es que la sociedad se ha centrado en pensar quién es superior en el sistema del binarismo social: “Hablamos en términos de hombre/mujer, humano/animal, pero éste no es el problema, sino que jerarquizamos. Buscamos saber lo que nos hace diferentes y superiores a los animales, siempre buscamos desigualdades; es necesario cuestionar estos binarismos”.

En este sentido, Ana Luz Quintanilla, directora del Centro Universitario de Gestión Ambiental, señaló que la violencia del ser humano no es exclusiva contra los animales, sino que se extiende a la naturaleza: “El ser humano ha buscado sentirse una especie superior”.

Sin embargo, enfatizó que el ser humano es de los menos importantes en la cadena de la vida: “Si mañana nos extinguiéramos los habitantes de este planeta habría fiesta, y eso se podría pensar porque realmente los problemas son creados por los seres humanos”.

Por su parte, Aimé Tapia, profesora de la Facultad de Pedagogía, fue tajante al exponer que “los seres humanos hemos tratado a los animales como los nazis a los judíos; los hemos convertido en mercancía, en objetos de consumo. Además, utilizamos a las diferentes especies de animales como sinónimo de insultos: perras, víboras, zorras”.

“¿Qué pasaría –cuestionó la académica– si se deja de pensar en jerarquías y se comienza a ‘sentipensar’, a conocer? ¿Cuál es la responsabilidad moral de los humanos con los animales? Los animales tienen un fin que cumplir en la naturaleza. Sobre todo, hemos de pensar si los animales tienen derechos o es obligación de los seres humanos cuidarlos”, finalizó.