FILOMENO BRAVO

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Por José Díaz Madrigal

Nació en Colima en 1839, desde su temprana juventud se apasionó por la carrera de las armas; con apenas 19 años obtiene el grado de teniente, prestando su servicio en el quinto batallón de occidente en Guadalajara. En 1858 al iniciar la Guerra de Reforma, Filomeno se encontraba en La Perla Tapatía, cuando pasó por ahí Benito Juárez junto a su gabinete con rumbo a Manzanillo.

Aquellos eran tiempos -casi como ahora- de una marcada división entre el pueblo. De hecho Juárez venía huyendo de Guanajuato, donde su ejército había sido derrotado. Al entrar a Guadalajara con ayuda de sus partidarios, se hospeda en Palacio de Gobierno. Pero en esta ciudad sus simpatizantes no son muchos y a los pocos días es hecho prisionero por un coronel de apellido Landa, para lo cual designa a esta comisión al joven teniente Filomeno Bravo, que con 20 de tropa se encargue de arrestar y custodiar a Juárez.

Poco después hubo un intento de sus adeptos por asaltar palacio con el propósito de liberar a Juárez y su comitiva. Se desarrolló una fuerte escaramuza entre los que hicieron el conato y los custodios. Al no prosperar la intentona, más suponiendo Filomeno que Juárez tenía que ver con el plan de rescate; aunado a la costumbre de esa época -una especie de ley fuga- decide fusilar a Juárez en ese momento; así que de inmediato se introdujo con un pelotón de soldados al salón donde estaba Benito y sus ministros.

La ley marcial se le iba a aplicar únicamente a Juárez, justo cuando se daba la orden de: preparen, apunten; se abalanzó con violencia Don Guillermo Prieto al frente de los soldados, con un ataque psicológico contundente y preciso; gritando -alto soldados, los hombres valientes no asesinan, si quieren sangre, beban mi sangre. Aquel fue un tremendo contraataque psicológico, gracias a la audacia de Don Guillermo que desarmó mentalmente al teniente y a la tropa. Filomeno conmovido, optó por dejarlos en libertad. Juárez agradecido con el joven teniente, le extendió una tarjeta personal con la siguiente leyenda: Reciprocidad en la vida. Que años más tarde, esa tarjeta lo libró de ser fusilado, al perder una batalla contra los juariztas.

Después de muchos andares por diversas partes de la república, decide regresar a Colima participando activamente en la vida política del estado. No obstante ser enemigo del gobernador en turno, se presenta como candidato a diputado local para la VI legislatura. Gana la elección, ya como diputado prácticamente se hace líder de la cámara. Es tal la influencia de Filomeno con sus compañeros diputados, que logra hacer un frente común contra el gobernador; para que luego casi de forma inmediata, le quitan muchas de las facultades que tenía el gobernador.

Frente a esta actitud del congreso local, el gobernador mejor decide presentar su renuncia. Los diputados acordaron nombrar gobernador a Filomeno Bravo el día 16 de diciembre de 1873. Filomeno era un tipo de ideas y trabajador, se empezó a sentir el empuje de su administración. A los pocos meses inaguró El Liceo de Varones, ubicado en Allende esquina con Constitución, que es la escuela más antigua de Colima con 147 años de existencia. Otra construcción todavía en uso que data del tiempo de Filomeno, es el hermoso Puente Zaragoza que funciona desde el día 10 de julio de 1876 hasta el día de hoy.

En política no todo es seguro, la víbora ponzoñosa del rencor, acecha y muerde cuando menos se le espera. Al arribar Porfirio Díaz a la presidencia, vivía en Colima un abogado tapatío de nombre Francisco Eulogio Trejo, enemigo personal de Filomeno.  Este abogado sabía que Don Porfirio estaba en Guadalajara, cosa que aprovechó para mandar emisarios con una carta firmada por varios colimotes, poniendo en mal al gobernador. El veneno prendió, Porfirio quitó del ejecutivo estatal a Filomeno y mandó a Doroteo López como gobernador.

Filomeno elige retirarse a la vida privada. Tenía más de un año en asuntos particulares, cuando cierta ocasión un grupo de revoltosos incitados por el abogado Trejo, fueron a insultarlo a su casa; se formó un zafarrancho dejando varios muertos. Filomeno logró escapar ayudado por sus amigos. Anduvo a salto de mata por muchos días, perseguido ahora por gente de López; le dieron alcance el día 30 de junio de 1878, en la rancheria de Potrero Grande del municipio de Minatitlán; quedando en el campo de batalla Filomeno y 14 compañeros.

Las ironías de la vida, tiempo después el 30 de junio pero de 1880, dos sobrevivientes del ataque de Potrero Grande, se encontraban tomando cuando recordaron que ese día era aniversario luctuoso de Filomeno. Al calor de las copas hicieron el propósito de encarar a Trejo. Se dirigieron a su casa a un costado del Teatro Hidalgo, le tocaron la puerta, el abogado abrió y sin preámbulo le dijeron: venimos por tu vida, Trejo saco su pistola pero los otros dos ya le habían madrugado, lamentablemente quedó muerto delante de su familia.